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Previo al acto por la conmemoración de los 50 años del Golpe militar que se realizó el lunes en la Plaza de la Constitución, en Santiago; la directiva de la UDI, liderada por Javier Macaya, divulgó una polémica declaración.
Por medio de un documento de ocho puntos, responsabilizó a un sector de la izquierda chilena y al gobierno de la Unidad Popular de generar un quiebre social, político e institucional que derivó en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 algo que, a juicio del gremialismo, era “inevitable”.
Desde la colectividad, lamentaron además que el actual gobierno “haya frustrado el deseo mayoritario de una conmemoración en unidad, con reflexión y respeto democrático de las visiones irreconciliables”.
Estos dichos generaron gran molestia en el gobierno. La ministra del Interior, Carolina Tohá, expresó que “la declaración de la UDI a mí personalmente me duele y avergüenza. Me avergüenza que se retroceda en cosas tan fundamentales. Yo espero que eso sea síntoma más bien de una política cortoplacista, de una mirada electoral, fruto de las disputas al interior de la propia derecha, y no de convicciones profundas, espero realmente por el bien de Chile que así sea”.
Por su parte, el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, señaló que con la derecha “en eso tenemos una diferencia sustantiva. Quienes creemos en la democracia a toda prueba creemos que es imprescindible siempre buscar formas de resolver las diferencias a través del respeto irrestricto a la dignidad humana y erradicando toda forma de violencia. Si hay un hecho de violencia en la historia de Chile por antonomasia es el bombardeo a La Moneda y, por tanto, debemos trabajar por construir un aprendizaje colectivo del conjunto de la sociedad de chilena para que la violencia no tenga cabida, por tanto, nunca más golpes de Estado ni menos aún violaciones a derechos humanos”.
“Hablar de futuro”
A nivel local, el senador de la UDI por Ñuble, Gustavo Sanhueza, sostuvo que “el tema del 11 se cerró el lunes con un país más dividido producto de cómo el Presidente Boric lideró esta conmemoración. Desde hoy el Presidente debe enfocarse para resolver los temas pendientes: escuchar a la ciudadanía y mejorar los actuales malos proyectos. Desde hoy tenemos que hablar del futuro, de los problemas que hoy afectan a los chilenos, no los de 50 años atrás”.
En tanto, la diputada Marta Bravo planteó que la postura de la UDI se debe a que “los acontecimientos previos y del 11 de septiembre de 1973, propiamente tal, marcaron la historia de nuestro país y condenamos sin matices las violaciones a los derechos fundamentales. Nosotros reafirmamos nuestro compromiso con la república en su más amplio y profundo sentido, que son respeto institucional, entendimiento democrático y condena a la violencia, además de proteger las libertades y los derechos fundamentales”.
RN también se pronunció
Durante la jornada del 11 de septiembre se produjo otro pronunciamiento en la facción de derecha.
Los diputados de Renovación Nacional, desde su bancada, también se unieron a las declaraciones en contra de los eventos conmemorativos del 11 de septiembre, especialmente en lo relativo a la ceremonia promovida por la Cámara de Diputados en honor a Salvador Allende.
Desde su bancada, enviaron una comunicación al presidente de la Cámara Baja, Ricardo Cifuentes, expresando su decisión de no participar en la ceremonia prevista. En el comunicado, afirmaron que Salvador Allende “carece de méritos para recibir un homenaje”.
Señalaron en la carta que Allende “fue una figura que socavó los principios democráticos y, además, contribuyó a la legitimación de la violencia política”.
En esa línea, el jefe de bancada y diputado por Ñuble, Frank Sauerbaum, afirmó que Salvador Allende “es el principal responsable del quiebre constitucional de 1973, no merece un reconocimiento de tal envergadura”
