Utilizando distintas técnicas de recuperación de bosques y de manejo sustentable, la Facultad de Ciencias Forestales está trabajando desde 2013 en un plan único en la Región de Ñuble. Se trata de recuperar un bosque nativo de coihues, raulíes y robles que ha sido degradado por años, debido a distintos factores que han amenazado su sobrevivencia, como la tala indiscriminada. También, de proponer una forma de manejo sustentable para que puedan convivir allí actividades productivas, educativas y también de conservación de bosques que no han sido intervenidos por el hombre.
El sector donde se desarrolla esta tarea es Ranchillo Alto, en la comuna de Yungay, en un terreno de aproximadamente 600 hectáreas que cuenta con la categoría de Bien Nacional Protegido y que fue cedido por el Ministerio de Bienes Nacionales. La UdeC trabaja bajo la supervisión de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), asumiendo el desafío de elaborar un plan de manejo y programas en cinco áreas: Administración, Investigación y Docencia, Conservación y Manejo del Bosque Nativo, Uso Público e implementación de Infraestructura.
Respecto a la nueva infraestructura, “la idea es que el campamento esté el 100% del tiempo utilizado. Nosotros lo vamos a usar intensivamente con nuestros estudiantes, pero también lo ideal es que colegios, escuelas de Yungay y otras provincias de las regiones de Ñuble y Biobío puedan acceder a estos espacios para la formación de sus estudiantes”, comentó el decano de la Facultad de Ciencias Forestales, Jorge Cancino. La inversión para el Centro de Interpretación, campamento de estudiantes y elementos de manejo de residuos y aguas servidas relacionados, será del orden de los 250 millones de pesos.
“Cuando tengamos el centro de interpretación y los senderos, esperamos una participación de los vecinos como guías, ofreciendo cabalgatas o gastronomía con productos locales. Los necesitamos, porque esto sirve como bosque escuela y laboratorio natural y puede convertirse en un bosque modelo, en que participa el Estado, la academia y, sobre todo, los vecinos”, dijo la autoridad.
Restauración de un bosque
Cuando la Universidad de Concepción llegó al predio en 2013, la primera tarea fue proponer un plan de manejo de un bosque que al momento presentaba signos de degradación: árboles afectados por plagas, tala y actividades de pastoreo no controladas.
Desde entonces, se han logrado distintos avances, tales como el crecimiento de árboles nuevos -siendo el más destacado un lleuque, que hoy se encuentra con protecciones especiales- y actividades de silvopastoreo, como por ejemplo, siembra controlada de forraje y protección de árboles nuevos para que no sean consumidos por los animales.
A eso se suma la promoción de la dinámica natural de recuperación del bosque, donde se incorporan técnicas de corte planificado de árboles como raleo, selección pie a pie (uno a uno) o los “hoyos de luz”, en los que se despeja un radio de terreno para permitir la germinación natural de semillas de árboles nativos que, por estar cubiertas por árboles añosos o dañados, no se habían desarrollado.
“No se trata de cortar por cortar. Se trata de recuperar una masa boscosa altamente degradada, que si uno no la interviene, no es capaz de recuperarse sola”, explicó Francis Dube, director científico del proyecto.
Hasta la fecha y en el marco de este plan de protección y recuperación del bosque nativo, se han realizado en el predio cuatro proyectos de investigación, 11 tesis de postgrado y 15 memorias de título. Sin embargo, el decano Cancino reconoce que los frutos de este trabajo se verán en 50 ó 60 años más. “No estamos trabajando para nosotros, esto lo van a ver las generaciones futuras. Hoy puede haber críticas señalando el corte de árboles, pero lo que estamos haciendo es restaurar el ecosistema. Lo que estamos haciendo son métodos de regeneración del bosque”, explicó.