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Señor Director:
Una vez más, las Naciones Unidas nos convocan a conmemorar el Día Mundial del Turismo. Bajo el lema “Turismo
y Paz”, diversas instituciones nacionales convocan a reflexionar acerca de una actividad que, ciertamente, requiere
condiciones básicas para cumplir con uno de sus objetivos fundamentales, como es generar el bienestar biológico,
psicológico, espiritual y social de quienes que viajan dentro o fuera del país. El sentido de esta celebración es recordar
que el turismo no sólo es una fuente de ingresos y empleos para miles de personas que residen en destinos urbanos
o rurales, de naturaleza o balnearios. Es, al mismo tiempo, una instancia de promoción de la cultura y del patrimonio
natural de cada lugar visitado. Por lo anterior, genera la oportunidad de estrechar vínculos de conocimiento, respeto y
mayor valoración de las comunidades y sus tradiciones, de los ecosistemas y sus procesos esenciales para la vida.
Las lecciones que nos deja el último verano europeo, acerca de las crecientes manifestaciones derivadas de la sa-
turación de sitios patrimoniales o de las zonas litorales, constituyen una alerta para esta reflexión. En un escenario
de crisis de sostenibilidad, pero donde todavía disfrutamos de sitios naturales y localidades rurales que no reciben la
presión masiva del turismo, es imperativo actuar a tiempo.
Responder a las expectativas de los turistas es un objetivo indiscutible, pero asegurar el bienestar de las comunidades
locales y el de su entorno, es una responsabilidad compartida.
Dr. Humberto Rivas Ortega
Académico USS