El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, salió el lunes del hospital donde estuvo internado tres días por covid-19 y se trasladó a la Casa Blanca, tras prometer que “pronto” reanudará su campaña para las elecciones del 3 de noviembre, aunque su médico dijo que aún no está “completamente fuera de peligro”.
Poco antes, el mandatario había tuiteado que los estadounidenses no deben temerle al virus que ha dejado casi 210.000 muertes en el país.
En imágenes transmitidas en vivo por televisión, se vio a Trump salir solo del centro médico militar Walter Reed en las afueras de Washington. Luego, caminó con mascarilla a una limusina -en medio de los gritos de “¡Cuatro años más!” de sus partidarios apostados en el lugar- para abordar el helicóptero Marine One.
Al aterrizar, atravesó el césped saludando a las cámaras antes de subir los escalones al balcón de la residencia presidencial.
Ahí, ajustó su chaqueta, se retiró la máscara y levantó los pulgares, el último gesto de desafío de un dirigente que durante meses ha dejado claro su desdén por quienes se cubren el rostro para protegerse del covid-19.
A menos de un mes de las elecciones a las que marcha rezagado en las encuestas frente a su rival demócrata, Joe Biden, el regreso de Trump a la Casa Blanca fue un espectáculo coreografiado para mostrar que el mandatario de 74 años está bien de salud, mientras que una serie de tuits asomaron su mensaje a los votantes: que él venció al virus y ahora liderará la recuperación del país.
“¡Volveremos pronto a la campaña!”, dijo en un tuit.
“No le tengan miedo al covid”, dijo en otro, asegurándose rejuvenecido tras la convalecencia.
Biden, que hacía campaña en Florida, no tardó en responder: “Que le diga eso a las 205.000 familias que perdieron a alguien”, dijo el exvicepresidente.
El candidato demócrata siguió hablando del tema en un evento al aire libre en Miami, donde criticó al mandatario republicano por ignorar el uso de mascarillas para prevenir contagios.
“Espero que el presidente, después de haber pasado por lo que pasó, y me alegro de que parezca que está bastante bien, comunique la lección correcta al pueblo estadounidense: las mascarillas importan”, dijo.
Pero Trump siguió desafiante ante la enfermedad exclamando en un nuevo mensaje a los estadounidenses: “No dejen que domine su vida, salgan, tengan cuidado”, dijo en un video en Twitter.
“Territorio desconocido”
A pesar de afirmar que está bien de salud, una combinación de secretismo, información contradictoria de funcionarios y un brote del virus entre su círculo íntimo hicieron mella en la credibilidad del presidente.
El médico de la Casa Blanca, Sean Conley, advirtió que Trump no estará “completamente fuera de peligro” hasta dentro de una semana.
Pese de los intentos de Trump por minimizarla, la pandemia que ha sembrado la muerte y paralizado la economía de la primera potencia mundial desde su aparición en China a fines de 2019, es una de las principales preocupaciones en el país y su manejo fallido de la crisis es considerada la principal razón de la ventaja de Biden en los sondeos.
La portavoz de Trump, Kayleigh McEnany, se convirtió el lunes en el último caso positivo en el círculo cercano del mandatario desde el anuncio el jueves del contagio de la asistente Hope Hicks, que hizo encender las alarmas.
Otros casos positivos cercanos a Trump incluyen a su esposa Melania, su gerente de campaña Bill Stepien, dos de los asistentes de McEnany, según los medios locales, y más de media docena de personas más con llegada al presidente, tanto dentro como fuera de la Casa Blanca.