El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, increpó en la noche del viernes a través de Twitter al Banco Mundial, reprochando a la institución financiera internacional sus préstamos de dinero a China.
“¿Por qué el Banco Mundial le presta dinero a China? ¿Puede ser esto posible? China tiene mucho dinero, y si no tiene, lo crea. ¡PAREN!”, escribió Trump.
“Los préstamos del Banco Mundial a China se han reducido drásticamente y continuarán reduciéndose según lo acordado con todos nuestros accionistas, incluido Estados Unidos”, dijo el Banco Mundial en un comunicado en respuesta al tuit de Trump.
“Estamos eliminando préstamos a medida que los países se vuelven más ricos”, agrega.
Trump reiteró así una posición que ha defendido largamente en su administración y que era compartida por David Malpass, el actual presidente del Banco Mundial (BM), un exfuncionario del Tesoro de Estados Unidos y partidario de Trump, hasta antes de ser elegido para su actual puesto.
El tuit del millonario republicano es también una ampliación del mensaje de su secretario de Tesoro, Steven Mnuchin, quien declaró el jueves en una comisión de la Cámara de Representantes que el gobierno de Estados Unidos había expresado su “objeción” al programa plurianual de préstamos y proyectos del BM en China.
Sin embargo, este programa fue aprobado el jueves. Planea reducir la cantidad de préstamos a China, y también será más selectivo durante el período 2020-2025.
“Refleja la evolución de nuestra relación con China”, dijo el jueves Martin Raiser, director del Banco en China, en un comunicado. “Nuestro compromiso será cada vez más selectivo”, agregó.
Pero esta reducción no es suficiente para Washington, cuyo argumento es simple: la segunda economía mundial es lo suficientemente rica como para financiarse a sí misma y no depende de préstamos del Banco Mundial, que se supone que aporta recursos financieros a los países más pobres.
La diatriba llega también en medio de las negociaciones entre Washington y Pekín para intentar poner fin a una guerra comercial de 18 meses entre las dos potencias.