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Señor Director:
Recientemente el canciller de Venezuela, Yvan Gil, afirmó que el denominado Tren de Aragua no es más que una
ficción generada desde los medios de comunicación contrarios al régimen chavista.
Las declaraciones de Gil intentan invisibilizar un fenómeno altamente comprobado por las investigaciones jurídi-
cas, policiales y periodísticas como es la existencia de las redes internacionales del delito. Una de ellas es el Tren de
Aragua.
Esta postura del gobierno de Maduro refleja, además, la falta de conexión con la realidad social latinoamericana y
pone de manifiesto una inquietante politización de los asuntos públicos, lo que lleva al corto plazo a no enfrentar de
manera directa el crimen organizado. Los ciudadanos de toda la región han experimentado altos niveles de inseguridad
no precisamente por construcciones mediáticas, sino más bien por hechos reales y tangibles como son los delitos de
robos, secuestros, extorsiones, trata de migrantes y homicidios.
Afortunadamente en Chile, las diversas autoridades políticas han enfatizado medidas urgentes para enfrentar la ola
delictiva, visibilizando el tema público de mayor interés: la seguridad pública frente a la creciente criminalidad.
Juan Castañeda Alcaino
Doctor en Sociología