La última elección parlamentaria dejó una de las mayores reconfiguraciones del sistema político desde el retorno a la democracia. Trece partidos no lograron cumplir con los requisitos legales -alcanzar el 5% de los votos nacionales en diputados o elegir al menos cuatro parlamentarios en dos regiones- y quedaron al borde de la disolución, a la espera de la confirmación formal del Servel.
En la nómina figuran colectividades emergentes y partidos históricos. El caso más simbólico es el del Partido Radical, con más de 160 años de historia, que registró su peor desempeño electoral. Junto a él aparecen Evópoli, FRVS, Amarillos por Chile, Demócratas, Acción Humanista, Igualdad, Partido Popular, Alianza Verde Popular, Partido Ecologista Verde y el Partido de Trabajadores Revolucionarios, entre otros.
El escenario refleja una contracción del sistema de partidos tras años de fragmentación, abriendo paso a procesos de fusión, reinscripción o desaparición definitiva.
En Ñuble, el impacto se vive con especial intensidad. El presidente regional del Partido Radical, César Calderón, reconoce un golpe profundo en una región históricamente ligada a la colectividad. “Estamos muy afectados; son 162 años de historia y la ley es implacable”, expresó.


