Una vez más las comunas de Chillán y Chillán Viejo aparecen rezagadas en el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) que elaboran desde el año 2011 la Cámara Chilena de la Construcción (CCHC) y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica de Chile.
Ambas entidades revelaron hoy los resultados del informe anual, el que a diferencia de los anteriores no contempla datos estadísticos comunales, sino que refiere antecedentes más bien globales y a partir de información estadística de años anteriores.
La principal conclusión que emana del nuevo documento es que en 10 años de vigencia del Índice de Calidad de Vida Urbana, “una de cada tres comunas ha mejorado su calidad de vida urbana”.
En el caso de Ñuble, según antecedentes históricos de la entidad, tanto la capital regional como la ciudad histórica han estado en la medianía de la tabla de las 90 comunas consideradas en los estudios, y además la conurbación ha figurado de manera permanente en la parte baja de la tabla, conformada por una decena de zonas metropolitanas.
Según esto, el año 2012 el ICVU registró a Chillán en el lugar 46 de 90 comunas, y a Chillán Viejo en el casillero 54. En cuanto a las áreas metropolitanas, se encontraba en el puesto 9 de 10.
Para el año 2019, en tanto, con altos y bajos en el período de ocho años, Chillán se encontraba en el puesto 65 y Chillán Viejo figuraba en el lugar 45. En tanto, el área metropolitana, que incluía ahora a San Carlos, estaba en el puesto 11.
Según la nueva entrega, el ICVU, que considera un cambio metodológico, concluye entre otras consideraciones que Chillán y Chillán Viejo el año 2011 estaban en el nivel “Bajo”, y pasan para este 2020 a “medio bajo”, una categoría situada bajo el promedio nacional.
Según explicaron representantes de las entidades que realizaron el informe 2020, y con motivo de cumplir 10 años desde su primera versión, se centraron en analizar la evolución en el período de 99 comunas con más de 50.000 habitantes, con el fin de observar su comportamiento e identificar las principales causas del mismo.
Arturo Orellana, director del Proyecto ICVU, comentó que, “en términos generales, observamos que se ha producido un aumento de comunas con un nivel medio alto de calidad de vida urbana y una disminución de las que presentan un nivel bajo. Sin embargo, y al mismo tiempo, persisten importantes brechas entre comunas, lo que demanda una urgente respuesta público-privada, ya que la calidad de vida en las ciudades es cada vez más relevante para las personas”.
Evolución
Respecto de la evolución en los últimos 10 años, el ICVU muestra que, del total de 99 comunas evaluadas, 30 registran importantes avances en su calidad de vida urbana, la mayoría de las cuales corresponde a “Ciudades Intermedias”, las cuales se caracterizan por tener menos de 250.000 habitantes y en las que se concentra el 18% de la población total evaluada por el ICVU. En esta categoría destacan Punta Arenas, Valdivia, Calama, Los Andes o Coyhaique.
En las “Áreas Metropolitanas Emergentes” –que corresponden a ciudades que en corto plazo serán reconocidas como áreas metropolitanas y que suman 16 comunas, en las que vive el 19% de la población– se observa que 11 de ellas mantuvieron su calidad de vida urbana y cinco de mejoraron, siendo destacables los casos de Puerto Varas, Talca, Rancagua, Chillán y Chillán Viejo.
Un comportamiento similar ocurre en las “Áreas Metropolitanas Consolidadas”, que reúne a las 15 comunas que conforman el Gran Valparaíso y el Gran Concepción y en donde vive el 14% de la población evaluada por el ICVU. De estas, cinco mejoraron su calidad de vida urbana, mientras que tres retrocedieron. Villa Alemana y Limache, del Gran Valparaíso, y San Pedro de la Paz, Hualpén y Coronel, del Gran Concepción, destacan por sus avances.
Arturo Orellana explicó que “los resultados del ejercicio que hemos hecho este año evidencian que, en la medida en que se complejiza la escala de ciudad, aumentan las desigualdades de las comunas y se dificulta el proceso de mejoramiento de la calidad de vida urbana”.
Asimismo, el profesional precisó que la comparación 2011-2020 muestra que, si bien hay avances en términos de desarrollo urbano, existen brechas importantes sobre las que es necesario trabajar a fin de disminuir las desigualdades. “Vivienda y Entorno –que evalúa las condiciones habitacionales y del espacio público– y Ambiente de Negocios –que mide la capacidad de atraer inversión de las comunas– son las dimensiones del ICVU que, en conjunto, explican más del 50% de las brechas que actualmente tienen las comunas en términos de calidad de vida urbana”.
“Revisar y mejorar los mecanismos de financiamiento municipal y actualizar la política pública para revertir el aumento del déficit habitacional y de los niveles de hacinamiento y de allegamiento, así como acordar estándares urbanos mínimos para todas las comunas del país, son desafíos cuya relevancia nadie puede poner en duda y que demandan la acción decidida y conjunta de todos los actores sociales para superarlos”, sostuvo el director del Proyecto ICVU.
Intercomuna
Orellana precisó a La Discusión que los indicadores que presentaron para el informe entregado ayer “son básicamente a partir de bases de datos de años anteriores, 2019 2018 y 2017 y por lo tanto no se reflejan en este ICVU todavía los efectos ni siquiera del estallido social ni tampoco la pandemia. Esperamos que parte de ellos puedan ser reflejados en el ICVU 2021”.
Agregó que “respecto de los datos por cada una de las comunas, no hemos hecho la bajada por ciudad todavía porque es un análisis más detallado y estamos más bien concentrando la mirada sobre los tipos de ciudades”.
El profesional agregó que en el caso de la intercomuna, “nosotros creemos que Chillán y Chillán Viejo, y también San Carlos, debieran configurar en un par de años un área metropolitana por los flujos que existen entre esas comunas, por temas laborales o educativos”.
Respecto del desarrollo urbano y de calidad de vida que se espera para la intercomuna y particularmente para la capital regional, Orellana indicó que la transformación reciente en región puede ayudar a las urbes.
“Efectivamente, creo que las capitales, en general, cuando uno mira las trayectorias que tienen siempre se ven beneficiadas en materia de desarrollo urbano, porque obviamente ahí se concentra la actividad económica y también el poder social y político, y por lo tanto siempre si uno mira el caso de Concepción, es la mejor comuna dentro del área metropolitana de Concepción, y si un mira otros casos también, siempre las capitales regionales van a tener un estándar de calidad de vida en general superior respecto de comunas urbanas dentro de cada región”.
Por lo tanto, agregó que “efectivamente Chillán por el hecho de ser Región Ñuble le da un potencial importante de desarrollo, aunque en relación a otras capitales regionales está por debajo de estándares de calidad de vida”.
Diseño de políticas públicas
Jorge Figueroa, presidente de la CCHC filial Ñuble, destacó que el principal atributo del ICVU “es la capacidad de poner sobre la mesa el tema de la calidad de vida urbana, de la que poco se hablaba hace una década. Y, además, ayuda al diseño de políticas públicas y a focalizar recursos públicos y privados para mejorar las condiciones de vida de las personas que habitan en diversas comunas del país. Muchos de los temas mencionados en este estudio han sido materias de constante trabajo entre la CChC Chillán y distintas entidades públicas, por ejemplo, en materia de vivienda, infraestructura urbana, empleo, ejecución presupuestaria. Es un gran aporte contar con esta herramienta que impulsa el gremio”.
En la última década, agregó, “se ha evidenciado un avance en el nivel de calidad de vida urbana. Las dimensiones “Vivienda y Entorno” y “Ambiente de Negocios” son las que presentan mayor incidencia en la evolución de la calidad de vida urbana de las comunas. Creemos que Ñuble debe seguir trabajando con énfasis en alianzas público privadas para mejorar las brechas que aún nos separan de ciudades con mejor desarrollo. Como CChC Chillán invitamos al sector privado a entender esta necesidad y colaborar con los organismos públicos para crecer en conjunto”.
El arquitecto Claudio Martínez Cerda, en tanto, agregó que en la comparación a 10 años, “es positivo haber salido de la tercera división, pero aún estamos en primera B, lejos de la primera división; esto es coherente con el reciente informe de la Universidad Autónoma, en donde la región también aparece con un bajo índice de desarrollo comunal. Frente a ello, y al margen de los instrumentos existentes, lo que propongo es hacer un Plan Chillán 2035-2039 que de cuenta de los grandes proyectos, emblemáticos y detonantes teniendo como hitos estás hitos históricos. Si no aprovechamos el impulso de la creación de la región y de los nuevos gobiernos regionales, teniendo en el horizonte el periodo comprendido entre el 2035 al 2039, que representan la creación y la reconstrucción de Chillán, habremos perdido una oportunidad”.
Pedro Ramos, expresidente del Colegio de Arquitectos, destacó que “este ICVU refleja una leve mejoría, que dista mucho del desarrollo de una región emergente. Esto genera brechas importantes, en diversas áreas, en lo urbano la calidad y despreocupación de las áreas verdes, espacios públicos, movilidad y conectividad vial, limpieza visual urbana, que afectan el avance de la calidad de vida e integración social de sus habitantes”.
El ICVU en definitiva, subrayó, “como instrumento de medición de la Calidad de Vida Urbana, debe servir a la autoridad para conocer dónde se producen las brechas, y así evitar daños colaterales que afectan a los habitantes tanto en la conurbación de Chillán y Chillán Viejo, y al resto de las comunas, debido a que gran parte de los servicios hoy se concentran en la capital regional”.