Señor Director:
El INE ha informado de una nueva alza en la tasa de desempleo, la undécima consecutiva, que alcanza el 8,9% en el trimestre julio-septiembre de 2023. En contraste con esta cifra, en el mismo período el empleo público se expandió un 13%. Por otro lado, cada día se conocen reorganizaciones o quiebras de empresas relevantes, lo que asesta otro golpe al empleo productivo, en tanto que los proyectos de inversión decrecen, optan por otros destinos o simplemente no se concretan.
El país describe desde hace años una trayectoria persistente de atraso y estancamiento, que en buena parte se explica por el irresponsable factor de inestabilidad e incertidumbre que introdujeron los políticos, al cifrar de manera artificiosa toda posibilidad de superación de la crisis social en la cuestión constitucional. No hay proyecto de país y, por lo mismo, tampoco conducción hacia algún horizonte histórico plausible. Los dirigentes desconocen el concepto servicio, miran a la sociedad desde la opulencia, se complacen en el voluntarismo y llenan sus días desenvolviéndose en un precario mundo de palabras.
Desde los nefandos hechos del 18-O y las semanas siguientes, el país vive en una especie de limbo de enorme fragilidad; la sociedad está más dividida y desorientada que antes, el clima ambiental está más marcado por el pesimismo que por la esperanza, la desconfianza y la sospecha abundan en todas las esferas, la política rehúsa tercamente abordar los asuntos que angustian y le amargan la existencia a las personas y, en definitiva, los chilenos hoy somos más pobres y vulnerables que hace unos pocos años.
Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Abogado