Oriundo de Chillán, Tito Davison es considerado uno de los pioneros del cine latinoamericano y una figura clave en la historia del séptimo arte en español. Junto a su tío, el destacado cineasta Carlos Borcos que, Davison dio sus primeros pasos en el mundo del cine durante la adolescencia, convirtiéndose en su asistente y participando en las producciones del cine mudo chileno más influyentes de la época, como “Hombres de esta tierra” (1923), “Martín Rivas” (1925) y “El Huérfano” (1926).
A los 15 años, emigró a Hollywood junto a su tío y su familia, en un momento en que el cine industrial norteamericano comenzaba a expandirse con fuerza. En Estados Unidos, Davison desempeñó pequeños roles en diversas producciones y absorbió de cerca el funcionamiento de los grandes estudios. Su gran oportunidad llegó con la película “Sombras de gloria”, que le permitió dar el salto definitivo en su carrera.
Con el paso del tiempo, Tito Davison se consolidó no solo como actor, sino también como guionista y director, desarrollando una vasta y destacada trayectoria principalmente en México, donde dirigió a las más grandes figuras del cine de oro mexicano y fue responsable de algunas de las películas más recordadas del período.
Su filmografía supera hoy las 130 películas, y su nombre es sinónimo de talento, versatilidad y creatividad. Gracias a su mirada sensible y su dominio técnico, logró mantenerse vigente durante décadas, adaptándose a los cambios del medio y dejando una huella profunda en la cultura cinematográfica del continente.
En reconocimiento a su legado, la Municipalidad de Chillán lo declaró Hijo Ilustre en 1953, un gesto que refleja el orgullo de su ciudad natal por uno de sus hijos más universales.
Tito Davison falleció en México en 1985, país que lo acogió y donde dejó una escuela de cineastas. Su vida representa el espíritu de quienes, desde regiones alejadas del centro cultural, son capaces de conquistar escenarios internacionales con esfuerzo, visión y pasión por el arte.
