Tiempo de balances
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La noche de fin de año no es una noche más: es un momento ritual y emotivo en el cual las imágenes positivas, igual que las negativas del ciclo que termina se instalan en nuestra mente a modo de balance y reflexión.
Por supuesto, no sólo las personas individualmente consideradas se someten de manera natural a ese rito del año que concluye. También los sujetos sociales o colectivos, las ciudades, las regiones y países experimentan esa necesidad de analizar comparativamente la memoria del ciclo o período que termina.
Para la economía, 2024 fue negativo, pese a que el PIB regional creció 5,1% el primer trimestre y 3,3% el segundo, pero ante una base de comparación de 2023 muy baja, mientras que el tercero se sitúo en 0,7%, un número modesto, pero realista del estado de nuestra actividad económica. A ello se suma un deterioro del empleo. La desocupación no cede y acumula 7 mediciones consecutivas con tasas de dos dígitos.
A nivel local, el sector Construcción enfrentó un complejo escenario: la venta de viviendas cayó y lo mismo ocurrió con las cifras de entrega de permisos de edificación. Igualmente, sigue pendiente superar rezago de infraestructura de transmisión eléctrica, aunque el panorama tendió a aclararse días atrás por la nueva ley de transición energética que aceleraría la ejecución de obras urgentes para Ñuble, postergadas por este problema que se arrastra de 2020.
En la agricultura, en tanto, los rubros tradicionales siguen sufriendo las desviaciones de mercados imperfectos, mientras que entre lo rescatable aparecen las inversiones en el sector agroalimentario y el avance registrado por los embalses Nueva Punilla y Zapallar.
En el campo político, las elecciones municipales trajo renovación en 11 de los 21 gobiernos comunales de la región, con 9 alcaldes independientes y una gran renovación en los concejos municipales. A nivel regional, en tanto, destaca la reelección del socialista Óscar Crisóstomo, que fue uno de los cinco gobernadores del país que ganó en primera vuelta, capitalizando una gestión dinámica y políticamente no sectaria que le valió el apoyo de sectores de centro e independientes.
Finalmente, una mirada retrospectiva a temas prioritarios para la ciudadanía también nos revela luces y sombras. Entre las primeras, se encuentran, sin duda, la fase final de construcción del nuevo hospital regional, que avanzó sin contratiempos y será entregado en septiembre del 2025 y el inicio de las obras del futuro centro de la Teletón en Chillán. De las segundas, deben lamentarse el caso de corrupción municipal denominado “cuentas corrientes” que significó la destitución de tres alcaldes y una decena de funcionarios procesados, la nueva postergación de la cárcel regional, y la alta sensación de inseguridad que afecta a la población de Ñuble, pese a que somos la región con los índices más bajos de victimización.
Por supuesto, podríamos seguir enumerando aciertos y omisiones en otros aspectos de la realidad regional. Fin de año es un tiempo de balances, que exigen siempre matizar entre lo bueno y lo malo, entre los aspectos más grises del año en cuestión, así como de sus hechos más positivos y alegres. Ese el ejercicio que proponemos en esta edición: cotejar y sopesar fracasos y éxitos que se contraponen todo el tiempo, como dos caminos que van en direcciones opuestas, pero que forman parte de una sola trayectoria: el camino de la región de Ñuble al desarrollo y bienestar de su población.