La suspensión de las clases, la cuarentena voluntaria,el toque de queda y luego el cordón sanitario implementado en torno a la zona urbana de Chillán y Chillán Viejo, redujeron las ventas de prácticamente todas las tiendas, lo que llevó a algunas a adaptarse e incorporar el delivery, sin embargo, la oportunidad se transformó en necesidad luego que se declarara la cuarentena total obligatoria en la ciudad que se extendió entre el 30 de marzo y el pasado 24 de abril.
No obstante, superado el período de completa restricción de la actividad económica y social, la “nueva normalidad” impone un período de adaptación ineludible. Un proceso para recobrar dinámicas, sin descuidar la higiene extrema y la distancia social que se impone como la fórmula para convivir durante los próximos meses o quizás años.
Ese es el contexto en que las personas debemos producir. No es aceptable el inmovilismo que puede matar de hambre y ser más letal que el propio Covid-19. Cuando la economía sufre un fuerte golpe y no solo a nivel mundial y nacional, sino familiar e individual, debemos encontrar nuevas vías.
Un momento clave de este proceso es la reactivación de negocios y comercios que pueden usar las nuevas tecnologías de la información. Plataformas digitales, aplicaciones, pedidos a domicilio, ya tan habituales para comida y farmacias, vemos que se han transformado en un modelo expansivo hacia otras actividades.
El entretenimiento en sus diferentes manifestaciones, así como la lectura, ya experimentan audaces modelos que deben crecer y mejorar. Para quienes prefieren libros, diarios y revistas de papel, también por la vía digital se puede mejorar notablemente la selección y el envío. También la atención médica ha logrado encontrar usos de las TIC que facilitan la interacción entre pacientes y profesionales de la salud para tareas de diagnóstico y seguimiento de baja complejidad.
Pero las compras a domicilio que tanto han avanzado en sistemas transaccionales deben convertirse en una opción segura para nuestros emprendedores. Hay quienes tienen un camino andado, desde hortalizas y frutas sanas hasta regalos y ropa, electrodomésticos y servicios educativos en línea.
Hoy, cuando la economía aprieta, la idea debe germinar y ponerla en marcha, la tecnología al servicio del comercio y los requerimientos de la gente, puede ser una nueva opción y debemos alentarla. Las personas no se quedarán en casa toda la vida, pero en tanto, con la creación de una distinta cultura del comercio electrónico, pueden buscar facilidades. Una opción con nuevas líneas de negocio puede ser una salida útil en este tiempo.
Como en otros momentos de la historia, el inevitable escenario de crisis nos está obligando a repensarnos, a cuestionarnos, a replantear el carácter de nuestras actividades y a idear soluciones creativas para los nuevos desafíos que enfrentamos como sociedad, donde las herramientas tecnológicas para trabajar, estudiar, expresarnos, hacer negocios, y sobre todo mantener el sistema económico en marcha, están llamadas a desempeñar un rol fundamental.