Científicos de la UdeC han desarrollado un innovador dispositivo para detectar, en cuestión de minutos, la tuberculosis en ganado bovino. El invento está pensado como una alternativa objetiva y de menor costo, para detectar y controlar brotes de esta enfermedad, que implica importantes pérdidas para la industria ganadera.
“La tuberculosis es una de las enfermedades más complejas, con una gran población humana a nivel mundial afectada por ella, siendo en individuos con inmunodeficiencia una condición agravante por lo que reviste interés para la salud pública”, explicó el Dr. Óscar Cabezas Ávila, de la Facultad de Ciencias Veterinarias UdeC.
Los ganaderos están obligados a denunciar los casos observados, pues se trata de una enfermedad potencialmente zoonótica, esto es, que puede transmitirse entre animales y seres humanos.
A nivel nacional, existe un programa de control y erradicación dirigido por el SAG, que utiliza de manera oficial la prueba de hipersensibilidad cutánea para diagnosticar tuberculosis bovina. El método, usado hace más de cien años en el mundo, busca ser complementado por el dispositivo propuesto por el equipo liderado por Cabezas, e incluso, ayudar a reemplazar la vigilancia pasiva.
“Hace algunos años, desarrollamos un trabajo de trazabilidad con el SAG y el Indap para actualizar la información de identificación de los bovinos de Ñuble, dando cobertura a 15 comunas con cerca de 1.470 agricultores”, explicó Cabezas.
El porcentaje de positivos a esta enfermedad en bovinos fluctúa entre el 1,5 al 2% a nivel nacional, pero “al haber un animal enfermo en un predio, se contagian los demás, ya sea por vía aerógena o calostral, en el caso de la vaca a sus crías. El predio se infecta y las tasas pueden aumentar hasta el 70% en cinco años. Es una enfermedad que arruina al agricultor y, por otro lado, coloca en riesgo a la salud pública”, explicó el investigador.
Soluciones
La tira reactiva desarrollada por el equipo entrega resultados fáciles de leer en 10 minutos, a diferencia de la cutánea que requiere tres días, así como apoyo de otras pruebas de laboratorio basadas en muestras sanguíneas para la confirmación.
Esto involucra costos elevados tanto en materiales como en capital humano, algo crítico para los productores del área que deben realizar seguimientos periódicos. La nueva prueba “podría reducir en seis veces el costo respecto del actual examen”, algo que, según el académico, es vital sobre todo, en el caso de empresas familiares o pequeños productores.
La tira, compuesta de antígenos que se imprimen directamente, detecta los anticuerpos en muestras de animales positivos a la enfermedad. El experto indicó que el test también puede ser aplicado a partir de muestras de tejido (suero) usadas en otros exámenes bovinos para detectar, por ejemplo, brucelosis. La facilidad para interpretar el resultado es otra ventaja: “No requiere el análisis de un especialista en laboratorio, sino que cualquier técnico o profesional acreditado por el SAG podrá interpretarla”.
Un punto crucial donde las tiras reactivas podrían ser útiles es en las ferias ganaderas, hasta donde llegan animales desde distintos puntos y luego se trasladan a otros lugares. “Queremos aportar de manera importante a la vigilancia de la tuberculosis bovina a nivel nacional, para poder lograr lo que se propuso el SAG, que es erradicar esta enfermedad y disminuir su impacto en la salud pública”, apuntó el académico.
La investigación comenzó con el proyecto Innbio UCO PMI 1401, en que el equipo logró desarrollar un prototipo, que luego se presentó a representantes de SAG Biobío, obteniendo el apoyo de la institución. “El formato era muy interesante y, para eso, se hizo un desarrollo de biotecnología molecular, en que se generó una matriz con los antígenos de mayor interés, basándonos en las pruebas que están aprobadas por la OIE”, detalló.
“El SAG está interesado en este proyecto, pero es necesario que una empresa pueda producir masivamente este producto”, comentó Muriel Sandoval Latif, gestora tecnológica de OTL UdeC, quien está a cargo del proceso de transferencia en temas agrícolas y ganaderos de la Universidad.
“El trabajo coordinado con la Unidad de Innovación de Campus Chillán de UdeC nos permitió conocer este trabajo, que avanza con apoyo del SAG desde 2017”, relató Muriel. Durante este periodo, Muriel y el Dr. Cabezas preparan la transferencia de este resultado, esto es, revisar aspectos de regulación, protección de propiedad intelectual y empaquetamiento de la tecnología.
“Desde OTL UdeC acompañamos al investigador en este proceso de búsqueda de un tercero, que tenga las capacidades para el desarrollo final, llegando hasta la comercialización de esta innovación”, acotó Muriel.
Texto: Vrid-noticias UdeC