Señor Director:
La Teletón se ha convertido con el correr de los años y la muestra fecunda de su obra, en una acción social conmovedora. Ante una noble motivación, se une lo mejor de Chile, mostrando cuánta grandeza está en el subsuelo del lamentable escenario de confrontaciones que atizan los intereses políticos. Desde la luka del más modesto hasta el suculento cheque de los grandes empresarios, conforman un caudal que permite sostenerse y crecer a 14 centros situados en el territorio nacional. Miles de niños y hogares arrinconados por distintas desgracias, han encontrado luces para caminar y, en muchos casos, para instalarse en plenitud en la vida social.
Desde luego, que no faltan detractores para criticar cuanta obra mayor se ha intentado en Chile. Con la tontería humana, siempre hay que contar, pero, por salud mental, hay que dejarlos que disparen sus flechas a la luna.
En medio de todas las dificultades otra vez la meta se cumplió, el pueblo chileno respondió a Don Francisco, quien, con esa mirada larga que lo caracteriza, cerró el evento cantando la Canción Nacional con la Bandera de Chile en sus manos. Este es el Chile que aprecia la mayoría sin trincheras ideológicas.
Alejandro Witker
Historiador