El Teatro y Centro Cultural Municipal de Chillán, el Centro Cultural Matucana Cien, el Teatro Regional del Maule, el Teatro Municipal de Ovalle, el Teatro Biobío y el Teatro Regional Lucho Gatica de Rancagua formaron hace algunos días la Asociación de Espacios Culturales de Chile con el fin de solventar varios de los desafíos que se le presentan a los espacios en la actualidad. Esto se traduce en mejorar las estrategias de funcionamiento, fortalecer la asociatividad y hacer frente a problemáticas como la falta de financiamiento y ser una voz ante las autoridades gubernamentales, entre otros.
La directora ejecutiva de la Corporación Cultural Municipal de Chillán, que en la actualidad administra los espacios del Teatro Municipal y el Centro Cultural Enrique Gajardo Velásquez, Virna Veas, dijo que todo partió de encuentros informales en lo que los representantes de cada espacio se dieron cuenta que aspiraban a lo mismo. “Lo que comenzó como una conversación distendida en algunos de los eventos culturales que nos encontramos, ya está tomando forma. Desde hace un año que firmamos un compromiso de comenzar este trabajo y formalizarlo, y hoy eso está dando los primeros frutos”, indicó.
Primeros pasos
La primera acción será la elaboración de un plan de gestión, para lo cual la Asociación ya cuenta con el apoyo del fondo de la Secretaría Ejecutiva de Economía Creativa del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. En total, se tomarán 10 meses para levantar este plan de gestión que permitirá “detectar las diferentes oportunidades y desafíos que tiene cada una de las instituciones participantes. Además, de desarrollar trabajos de producción o de coproducción, poder provocar la circulación de diversos contenidos artísticos de los creadores de nuestras regiones y buscar financiamiento para poder generar un trabajo con un equipo interno”, tal como lo explicó a través de un comunicado Ifman Huerta, director ejecutivo de la Corporación Cultural Municipal de Ovalle.
“Los principales desafíos que enfrentan actualmente los espacios culturales y los distintos modelos de gestión son la sostenibilidad económica y con nuestros públicos, el poder trabajar de manera colaborativa para generar un aporte real al desarrollo de la política pública; y trabajar con instituciones como el Ministerio, el que nos proporciona diversas fuentes de financiamiento que se vuelven muy oportunas a la hora de generar un desarrollo más sostenible”, señaló Huerta.
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