Señor Director:
Decir que las tasas de créditos hipotecarios bajaron puede generar expectativas en quienes no conocen mucho del sistema financiero del país, pues puede entenderse que el costo financiero del crédito es menor, pero la realidad es distinta.
En Chile, los créditos hipotecarios se promocionan en UF + tasa de interés, por lo que el costo total a pagar corresponde a la variación de la UF más la tasa de interés. Cuando el IPC sube, hay inflación y la UF sube el mes siguiente.
Si la UF tiene una expectativa en el largo plazo de un 3,5% y se ofrece una tasa de interés a un 4,0%, implica que el costo total o tasa total es de un 7,5%. Con una proyección de inflación cercana al 10% en los próximos 12 meses, la cifra de inflación del largo plazo va a cambiar, pudiendo subir a un 4,0%.
Cuando se dice que las tasas de créditos hipotecarios bajaron de un 4,0% a 3,7%, hay que preguntarse cuánto subirá la UF en la expectativa de mediano a largo plazo. La respuesta es que con la expectativa de inflación a 4,0% en el largo plazo más la tasa que es de UF + 3,7%, el costo total de la deuda es un 7,7%. Por lo tanto, ¿bajó la tasa? No. Para levantar la actividad económica, se deben entregar directrices que permitan reactivar el consumo o el endeudamiento en inversiones inmobiliarias.
Para que ello ocurra, el costo del endeudamiento debe bajar de verdad.
Y con la inflación que no da tregua, existe un tremendo desafío para las autoridades y el país respecto a las medidas que apliquen para reactivar la economía, el consumo y el endeudamiento en inversiones de capital.
Guillermo Rebolledo