El gobierno talibán aseguró que el grupo yihadista Estado Islámico (EI), autor de varios atentados sangrientos en Afganistán, está “más o menos bajo control” y “no es una gran amenaza”.
La rama del EI en Afganistán, el Estado Islámico Khorasan (EI-K), “está más o menos bajo nuestro control” y “no es una gran amenaza”.
En una conferencia de prensa en Kabul, el portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahid, dijo que “cerca de 600 personas fueron detenidas por pertenecer al grupo”.
“No son muchos en Afganistán porque no cuentan con el apoyo del pueblo”, prosiguió, precisando que las fuerzas del nuevo gobierno continúan su persecución.
Subrayó además que algunas mujeres se encuentran entre las personas detenidas en todo el país desde el regreso de los talibanes al poder a mediados de agosto y serán interrogadas “por mujeres”.
Consideró que, a diferencia de Medio Oriente, el EI-K esta integrado principalmente por combatientes locales. Además aseveró que su presencia en Afganistán no constituye una amenaza para otros países.
El Estado Islámico Khorasan, que inicialmente había prestado lealtad a Abu Bakr Al Baghdadi, líder del “califato” del EI en Irak y Siria, recuperó su vigor en los últimos meses en Afganistán. Esto, cuando parecía casi eliminado a finales de 2019.
Surgido en 2014, el EI K reivindicó una ola de atentados recientes en varias grandes ciudades afganas. De esta manera, se presentó como el principal rival de los talibanes desde su regreso al poder.
Sus atentados se producen cuando los talibanes desean que su gobierno sea reconocido y apoyado financieramente por la comunidad internacional, informó Radio France Internationale.
