Guillermo Esparza se puso al arco bajo la premi-sa que obliga a varios chicos a ese ritual.
“Fue la clásica historia del más malo al arco, me gustaba jugar, pero no siempre era escogido, ya que no era tan bueno, pero tenía algunas aptitudes necesarias para el puesto,”, evoca este fonoaudiólogo de 28 años, que…