Fue el 10 de octubre cuando un estruendo sobresaltó a Adela San Martín, quien dormía en su casa de la Villa Brisas de San Agustín. Pensó que era un piedrazo, luego creyó que alguien había entrado a robar. Pero finalmente, descubrió que había sido un balazo. Una bala loca, como le llaman, que pudo haber…