Señor Director:
Hoy el mundo literario se viste de luto, pues hemos perdido a un gigante de las letras, a Esteban Antonio Skármeta.
Su partida, el 15 de octubre de 2024, deja un vacío irreparable en el corazón de quienes nos hemos dejado seducir por
su prosa. Desde Antofagasta, su voz resonó con fuerza, llevándonos a lugares donde el amor, la esperanza y la lucha
se entrelazan en historias inolvidables.
Skármeta no solo fue un narrador; fue un maestro de la emoción, un arquitecto de mundos que nos enseñó a mirar
la vida a través de la poesía del cotidiano. Su obra “Ardiente paciencia”, que se transformó en “Il Postino”, nos mostró
la belleza de lo simple y el poder de las palabras. Esas palabras que, a pesar de la muerte, siguen vivas en cada página
que escribió, en cada relato que compartió. Premiado y aclamado, su legado trasciende fronteras y generaciones. Su voz
ha sido un faro que iluminó el camino de muchos escritores y lectores. Cada cuento, cada novela, es un testimonio de
su genio y su humanidad. Hoy, al recordar su vida y su obra, nos encontramos en un momento de profunda reflexión.
La literatura ha perdido a uno de sus más grandes embajadores, pero su esencia perdurará en cada uno de nosotros,
en cada rincón donde sus libros sigan siendo leídos y amados.
Antonio, tu legado es eterno. Gracias por compartir tu visión del mundo y por enseñarnos que, aun ante la adversidad,
el arte es un refugio y una forma de resistencia. Que tu viaje sea tan ardiente y libre como tus palabras.
Ricardo Rodríguez Rivas