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El caso de la chillaneja María Elcira Contreras aún sigue siendo un enigma. La mujer, de 85 años, desapareció el 12 de mayo desde restaurante de la comuna de Limache, en la Región de Valparaíso.
Desde esa fecha, la mujer está siendo buscada por su familia que se ha preocupado de mantener vigente el caso, hasta lograr resultados positivos.
Durante esta semana los cercanos de María Elcira presentaron una querella contra quienes resulten responsables de su desaparición, con el objetivo de esclarecer la eventual configuración de los delitos de secuestro con homicidio o lesiones graves, homicidio simple o lesiones graves, o abandono de persona desvalida, en su forma dolosa o culposa.
El documento, ingresado al Juzgado de Garantía de Limache, solicita que el sitio del suceso sea expertizado y analizado por la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones (PDI). Además, pide la participación del Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) de la Fiscalía Nacional para revisar, repasar y reinterpretar el sitio del suceso, con el objetivo de hallar a María Elcira o sus restos.
“Hemos incluido una serie de antecedentes que deben ser investigados tales como la forma y circunstancias en el que se encontraba el lugar o bien fue sustraída por terceras personas, o le causaron lesiones que la dejaron en situación de sufrir un grave desamparo que le pude haber causado a esta fecha ya, atendida su edad, contextura, las condiciones climáticas, lamentablemente no solo graves lesiones, sino sobre todo es de temer que se encuentre fallecida. Por esta razón hay que extremar completamente todas las diligencias en este tipo de procesos” indicó el abogado de la familia, Juan Carlos Manríquez, a Chilevisión.
Dentro de las novedades del caso, su nieta recibió una llamada que abrió una nueva teoría sobre la desaparición, una pista que podría eventualmente resolver el caso. Se trata de una testigo que da cuenta de un hecho violento que sucedió el mismo día en que se pierde el rastro de Elcira.
Una llamada, el 19 de junio pasado, alertaba a sus cercanos de un episodio al interior de una camioneta, donde un conductor le cierra la puerta a un copiloto, un joven, que intentaba bajarse varias veces del vehículo en movimiento, quien a su vez era sujetado por otro ocupante ubicado atrás del vehículo.
“Recibí una llamada, que en el cruce San Pedro, una testigo dice que hay una camioneta y que ve un forcejeo. Estaba el conductor, copiloto y detrás había una persona que estaba impidiendo que este copiloto se bajara. El conductor forcejaba con el copiloto y no lo dejaba bajarse del auto y por atrás también lo mismo, le tapaban la boca, incluso lo ahorcaban. (…) Cuando recibo esta información la entregó a la PDI. Esta testigo tenía los datos de la camioneta, la placa patente. (…) Cuando a mi me comunican esto, pienso que mi abuela pudo haber estado en esa camioneta escondida atrás o en el suelo o que quizás esta persona que se quería bajar del auto vio algo y lo querían callar. Yo pienso que puede haber tenido alguna relación con lo de mi abuela”, expresó Carla Hernández.
La llamada fue recibida por la nieta de Elcira un mes después de la desaparición de la chillaneja.
“Me llama la atención, pero puede haber sido que al principio no lo relacionaron con lo de mi abuela. (…) Lo que pasa es que yo no descarto nada y cuando me dicen que pasó este hecho, cuando yo recibo este llamado, es inevitable vincular este hecho con lo de mi abuela, porque ella desaparece a las 15.20 horas y el cruce San Pedro a unos cinco minutos en auto”, comentó.
Respecto a las diligencias de la PDI frente a este nuevo antecedente, Carla dijo que “la PDI le tomó declaraciones al conductor, logra llegar a la casa de este, hay un relato, pero entiendo que faltan el resultado de las otras diligencias para poder descartar completamente que este hecho delictual haya tenido relación con lo de mi abuela”.
Por su parte, José Hernández, hijo de María Elcira, mencionó que la incertidumbre en el caso mantiene angustiada a la familia.
“Estos días han sido agotadores angustiantes, tenemos una presión interna, que primero era un dolor gigante, un desconcierto, porque no sabemos nada. Se han hecho muchas diligencias y sin tener nada concreto”, manifestó.
Finalmente su nieta indicó que hay varias hipótesis que maneja la familia y que hasta ahora no han podido confirmar o descartar.
“Yo creo que si no fue un secuestro, ella pudo haber sido víctima de la delincuencia, que la hayan asaltado, que su corazón no haya resistido o que incluso la hayan pasado a llevar, que haya sido un accidente y que la hayan querido ocultar para no asumir la responsabilidad”