Señor Director:
Supongamos que el único ingreso de una familia era un trabajador formal que ganaba, previo a la pandemia, 1 millón líquido. Además, la empresa en la cual trabajaba se acogió a la Ley de protección al empleo porque el rubro no daba para seguir pagando los mismos sueltos.
El primer mes esta familia habría recibido 875 mil pesos, y desde el segundo mes en adelante esta $687.500. Es decir, en el transcurso de 5 meses habría percibido $3.625.000, es decir le faltarían $1.375.000 para complementar los 5 millones que habitualmente necesitaban para vivir sin pandemia.
Si esta familia opta por un crédito blando para completar su ingreso se estaría endeudando por solo por el 28% de lo que recibe mes a mes, el resto (72%) se lo transferiría el seguro de cesantía.
El préstamo lo comenzaría a devolver un año después de entregado el crédito, sin crecer la deuda, y será contingente al ingreso para evitar que por la crisis tenga que cargar con una mochila de deudas.
No temamos a una ayuda a la clase media, el crédito puede ser una alternativa para solventar los duros golpes al bolsillo.
Renata García, economista.