Luego que el Gobierno transparentara que no se cuenta con un proyecto carcelario para la Región de Ñuble, ya es claro que no hay posibilidad, no al menos en plazo conocido, de sacar el principal plantel penitenciario del centro de Chillán.
La política actual es, entonces, planificar cómo mejorar los estándares de seguridad de las infraestructuras existentes, generar un mejor ambiente laboral para los funcionarios y, en la medida de lo posible, ser más eficientes en materia de reinserción social.
Es entonces que algunas voces locales, como la de los concejales Patricio Huepe y Rodrigo Ramírez, se suman a la del coronel Mario Palavecino, director regional de Gendarmería, en el concepto de “mitigación” por compensación.
“El CCP de Chillán va a continuar por muchos años dentro de la ciudad y eso nos obliga a tomar una serie de medidas mitigadoras, entre ellos la implementación de tecnología y el poder ampliar la cobertura de las mallas”, explica el coronel, quien también mira con buenos ojos el que el Estado adquiera los terrenos de las casas aledañas al recinto carcelario para ampliar y rediseñar el plantel con mejores condiciones de seguridad, habitabilidad y de garantías laborales.
Desafortunadamente, el diagnóstico actual no es el mejor. Las cárceles de San Carlos y de Quirihue son estructuras antiguas y de madera, lo que para los estándares actuales ya no cabe otra definición que la de “obsoletas”.
Y si bien la cárcel de Chillán fue remodelada y mejorada en diversos aspectos de seguridad, tras el colapso que sufrió para el terremoto de 2010, su diseño contemplaba un máximo de 420 reos, lo que hoy ha sido superado largamente.
“En el país, hay un promedio de sobrepoblación de aproximadamente un 20%, pero en particular en Chillán ya estamos cercanos al 200%, por lo que no se puede seguir hablando de sobrepoblamiento , sino de hacinamiento, propiamente tal”, precisó el director regional de Gendermería, coronel Mario Palavecino, quien lleva en el cargo hace poco más de un año, tras pasos por Biobío, Osorno y Santiago.
A la fecha, en Ñuble hay una población 1206 internos (75 son mujeres) , superando largamente lo registrado en 2023 (953) y en 2022 (852).
Por el momento, solo se entregó como aliciente el anuncio de la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien dijo que de la nueva cárcel La Laguna (Región del Maule) se dispondrá de una cantidad (aún no precisada) de plazas para los reos de mayor complejidad criminal que están ubicados en los planteles penales locales.
Hoy, solo la cárcel de mujeres, en Bulnes no cuenta con sobrepoblación de reclusos.
Sobre los terrenos actuales
Lejanos parecen esos años -en los 80- cuando algunos vecinos de la plaza San Francisco, ingresaban a jugar fútbol con algunos gendarmes y reos de buena conducta al gimnasio de la cárcel de Chillán.
La última vez que un circo visitó a los reclusos fue en 2016.
Sin embargo, la escuela del centro de reclusión cuenta con más alumnos que nunca antes (232), y aunque hay quienes sostienen que es porque los reos prefieran el aula al miedo de estar en el patio, Manuel Andrade, profesor de Lengua Castellana y Filosofía, quien realiza clases para esos alumnos, tiene una opinión más optimista.
“Se ve mucho interés, más allá de la cantidad de licenciados cada año, tenemos un caso de un joven que terminó sus estudios acá y luego inició una carrera superior en modalidad online. La educación es un motor transformador de realidades y este tipo de actividades deberían tener más visibilidad, porque trabajamos casi con las mismas condiciones de educación del 1.800”, advierte.
Es por eso que el coronel Palavecino quiere potenciar bajo su vigencia en la dirección, un mayor “acercamiento con personas encargadas de capacitaciones y talleres, pero en especial, creo que el mundo universitario puede colaborar mucho en materia de reinserción y educación”.
Hoy, no hay universidades en Ñuble que colaboren con Gendarmería.
“En otras partes se realizan este tipo de obras de teatro o viene clubes deportivos del fútbol profesional a realizar actividades y todo eso es fundamental en materia de reinserción”, añade.
En materia de descongestión, la esperanza está en los cupos que les asignarán en La Laguna. Se estima que para alcanzar condiciones de habitabilidad óptimos se requiere disminuir en un 30% la población actual.
Quizás el desafío más plausible, dentro de este nuevo escenario que no ofrece una cárcel regional, es ampliar y reacondicionar la estructura actual. Contar con recursos para edificar (en caso de comprar los sitios aledaños de 5 de Abril) y adquirir los inexistentes pero urgentes, como escaneadores corporales, asoma mucho más barato que construir una nueva cárcel para la Región de Ñuble.