Señor Director:
El Presidente conviviendo la parada militar con su sobrino, León, nos trae aprendizajes. Las niñeces constituyen una parte integral del mundo, entrelazándose con las formalidades e informalidades que caracterizan nuestra vida cotidiana. Sin embargo, persiste una tendencia adultocéntrica que margina sus voces y experiencias, limitando la posibilidad de una convivencia armónica y comunitaria.
Al aprender a convivir con las niñeces, fomentamos un enfoque inclusivo y sensible lo que implica romper con las jerarquías tradicionales y promover un espacio donde la espontaneidad y la libertad florezcan.
Si el adultocentrismo se desmantelara o deconstruyera como paradigma y sistema de dominio, podríamos forjar comunidades más empáticas, más corresponsables, menos violentas. Al criar en comunidad, cultivamos un sentido de pertenencia que nutre tanto a las infancias como a los adultos y adultas, favoreciendo así una convivencia más plena y equilibrada. En definitiva, reconocer y valorar a las niñeces es esencial para el desarrollo de sociedades más justas y humanas.
Gloria Camus Ponce
Trabajadora Social