Sobre la serie “Adolescencia”

La serie “Adolescencia” ha levantado controversia en todos los países en donde se ha transmitido y Chile no ha sido la excepción. En lo medular la serie plantea un homicidio que comete un adolescente en contra de una compañera de colegio. Gran parte de los capítulos fijan la atención en lo que los padres hacen o han dejado de hacer en cuanto a acompañar a su hijo su desarrollo como persona. De hecho, al final, en los últimos minutos de la serie, mientras suena de fondo la canción Through The Eyes Of a Child (A través de los ojos de un niño) se muestra al padre del adolescente, quien entre lágrimas mientras abraza un peluche en la habitación de su hijo reflexiona diciendo: “perdón hijo, pude haber hecho algo más”.
Además de poner un acento en la responsabilidad educativa parental, la serie de televisión sirve para que se discutan diversos aspectos formativos que bien direccionados, pueden contribuir a mejoras educativas en distintos contextos escolares.
Un ámbito para el que el análisis crítico de la serie resulta útil, es en el campo de la filosofía de la educación. Aquí hay al menos tres materias que resaltan.
Un primer tópico es el relativo al oficio docente. En específico, en cuanto a lo que distingue a los buenos de los malos educadores, sus actitudes y aptitudes. Este es un asunto muy importante en la buena educación, a pesar de que no suele ser un tema suficientemente abordado. En la práctica, suele darse por hecho que por poseer título profesional, todos los educadores serían docentes aptos para formar personas, lo que es un error. También la serie ilustra lo que ocurre en la escuela cuando los docentes abandonan una función decisiva en la misión pedagógica, a saber, la acción tutorial. Esta situación es un problema masivo ya que en muchos colegios la actividad burocrática y administrativa es inversamente proporcional al tiempo que se destina a acompañar a los alumnos en su florecimiento personal.
En segundo lugar la serie también permite advertir lo que ocurre en una escuela cuando no se tiene una filosofía educacional, en particular cuando no se cuenta con una antropología pedagógica compartida por todos los agentes educativos de la institución. Es necesario subrayar que los fundamentos antropológicos son la base del enfoque pedagógico, con lo cual su ausencia o déficit es un problema crítico en el objetivo de lograr una buena educación.
En tercer lugar, “Adolescencia” sugiere revisar más detenidamente cómo las familias asumen la responsabilidad formativa de los niños y jóvenes. Al igual que las escuelas, las familias son instancias de humanización, de personalización, lo que supone en el caso de los padres que deben formar a sus hijos en una serie de hábitos junto con proveerles una posibilidad de crecimiento seguro. En paralelo, las familias deben estar atentas a que los colegios cumplan integralmente con los fines educativos, es decir, deben ser colaboradores de los colegios, pero no se pueden desentender de que estos cumplan consistente y coherentemente respecto al crecimiento humano que los alumnos deben poder desarrollar en las escuelas.