Señor Director:
El aumento sostenido de liquidez sin endeudamiento y, por otro lado, un escenario de protección social y laboral vigente, promueven que los consumidores utilicen los fondos a su disposición no sólo para cubrir necesidades básicas, deudas u otros, sino también para acceder a bienes durables. Este aumento ha generado desequilibrio interno, generando impacto negativo en los precios de los bienes demandados y directamente en sus cadenas productivas afectando al IPC negativamente, provocando un aumento en la inflación, pudiendo llegar a niveles no proyectados.
El impacto a nivel de las economías familiares es catastrófico, ya que el IPC reajusta todos los precios de los bienes y servicios que se transan en el mercado formal, así como también se produce un reajuste al alza en la UF y con ello un aumento en las deudas. Así, el costo de vida aumenta y el valor del dinero, en términos de su capacidad de intercambio, disminuye.
En este escenario se produce el aumento de las tasas de interés con foco en el control de la liquidez, situación que también encarece los financiamientos de corto plazo, como las tarjetas y líneas de crédito, generando un aumento en los costos, siendo estos transferidos a los precios de venta, propiciando un futuro complejo y altamente incierto.
Marcelo Gutiérrez Delgado
Académico Programas Advance, Universidad San Sebastián