Señor Director:
Ha saltado al ruedo el concepto de “soberanía alimentaria”, tema complejo de enorme relevancia y alcance, que es preciso definir en qué consiste. En términos simples significa que Chile produzca todos sus alimentos para darle de comer a los chilenos, a precios “económicos” que ahora están por la estratosfera. Significa implementar una política de control de precios, acaparamiento y especulación.
Para que la soberanía alimentaria tuviera sentido, tendría que haber una planificación agrícola dirigida por el Estado, como fue en la Unión Soviética o Cuba; que determine qué y cómo producir, a cargo de burócratas de los gobiernos de turno, privilegiando cultivos de necesidades nacionales, en desmedro de los exportables.
Si la Constitución introduce la soberanía alimentaria, obliga al Estado a tener que producir todos sus alimentos en el país, es el primer paso a una economía centralizada, el gran sueño del socialismo. Es terminar con la libertad y la iniciativa privada.
No están los tiempos para ideas temerarias sin mayor sustento político y económico y colgándose de la guerra de Ucrania como si fuera la guerra de los 30 años, entre Francia y España.
Alfredo Schmidt Vivanco
Ingeniero Agrónomo