Señor Director:
En los últimos días se ha evidenciado el atraso con el que funciona nuestro sistema notarial. Mientras afuera de las notarías hay aglomeraciones, el gremio notarial está más enfocado en una polémica con una señora notaria que validó una firma electrónica no presencial para una escritura.
La inconsistencia es brutal. Más allá de dicha polémica, a cuya resolución no han contribuido los tribunales superiores de justicia, lo evidente es que mientras las autoridades instan a salir lo menos posible, la respuesta de los notarios organizados a la tragedia del Covid19 consiste en la defensa del monopolio que la ley les concede.
Por lo mismo, no está de más recordar que fue la propia Fiscalía Nacional Económica la que advirtió, hace ya largo tiempo, de lo inapropiado que resulta nuestro sistema notarial y registral: rentas oligopólicas que se generan en un sistema con mala calidad de servicio, costos excesivos y baja transparencia en su designación. Las excepciones solo confirman la regla
El empeño del gobierno por sacar adelante un proyecto de modernización y otro de desnotarización para 32 trámites habituales en la vida de los chilenos es destacable. Es de esperar, contra la evidencia, que estas cuestiones reciban la atención que requieren por parte del Congreso, particularmente cuando la deuda legislativa es evidente.
Pero digámoslo con claridad, será difícil avanzar en medio de la obstrucción de un colectivo organizado de notarios. Mientras esperamos que aquellos que no comparten esa lógica se animen a hacerlo presente, es hora de que el gremio de notarios se ponga a tono con las exigencias de modernización que un entorno personal y económico complejo vuelve indispensable.
Sergio Espejo Yaksic
Decano Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales U. SEK
