La politóloga y académica de la Universidad de Concepción, Jeanne Simon, sostuvo que “el sistema electoral de listas favorece a aquellas que concentran más votos. Así, una lista que incluye tanto a Apruebo Dignidad como a Socialismo Democrático tiene potencial para lograr mas escaños que por separado”.
Al mismo tiempo, dijo, en la lógica de listas, el voto primero es a la lista, después al subpacto, y finalmente a la(el) candidato.
“Ir en una sola lista implica una cierta coordinación programática que puede ser complicada en este momento, Además, ir en una sola lista podría generar votos nulos/ blancos por parte de los votantes que no confían en la combinación de Socialismo Democrático con Apruebo Dignidad”, aseveró.
De todas maneras, recalcó, “una lista amplia, basada en ciertos acuerdos debería favorecer para alcanzar más escaños, en especial con un voto obligatorio que reduce la abstención. Permite plantear la decisión del voto en términos de pocos cambios a la actual Constitución vs. cambios más profundos a la actual Constitución”, aseveró.
Rodrigo Landa, experto en campañas políticas a nivel local, precisó que “se debe considerar que el debate en torno a la conformación de listas es bastante artificial desde un punto de vista cuantitativo. Si realizamos simulaciones con el sistema d’Hondt que distribuye la cantidad de escaños a elegir por lista, podemos predecir un resultado bastante similar si el oficialismo o la oposición compitieran en una o dos listas”, advirtió.
Un ejemplo sería Ñuble. “Si nos basamos en un supuesto que el oficialismo alcanza el 50% de los votos y la oposición el otro 50%, al simular un escenario en que Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático van en una lista, les permitiría elegir a un consejero constitucional y el otro sería de derecha. En una segunda alternativa, con Apruebo Dignidad compitiendo en una lista separada de Socialismo Democrático, también tendríamos un consejero electo de una de esas dos coaliciones y otro de derecha”, manifestó.
Este análisis, añadió, “es válido también ante una superioridad relativa del oficialismo o de la derecha en nuestra región o en cualquier otra”.
El tema de fondo, y por el cual se ha generado un análisis necesario al interior de los partidos, es estrictamente político, según Landa.
“Una teoría, para quienes defienden listas separadas al interior del oficialismo, es que una lista única estaría más afecta al estigma del primer proceso Constitucional y, por consiguiente, los grupos moderados serían percibidos dentro del mismo grupo de la izquierda más radical. Voces como la del exsenador Girardi argumentan que quedaría huérfano un importante grupo de votantes de centro izquierda, principalmente adultos mayores que apoyaron históricamente a la Concertación. Al mismo tiempo, los candidatos ‘moderados’ podrían ver perjudicada su opción por caricaturas en el fragor de la campaña”, planteó.
Lo anterior, dijo, “se refuerza con la idea de que una lista única en el oficialismo se podría transformar en un veredicto o plebiscito sobre el propio Gobierno, que actualmente no goza de buena salud en aprobación ciudadana. Se incurriría en el mismo error del proceso anterior, cuando el Ejecutivo se involucró más allá de lo deseable en la elección de constituyentes y en el plebiscito de salida”.
Para quienes defienden una sola lista, en tanto, “ha cobrado fuerza la idea de que no se mida la correlación de fuerzas al interior del oficialismo, para evitar quiebres en el gobierno y un cambio en su composición, con una evolución desde la izquierda más dura hacia los partidos más moderados. Eso podría tener un efecto en las cuotas de poder”.
En conclusión, sostuvo Rodrigo Landa, “la decisión de competir en una o dos listas debe entenderse desde un punto de vista cualitativo. Si Socialismo Democrático está disponible para diferenciarse y volver al lugar natural que ocupó en las últimas décadas o, por el contrario, seguir compartiendo un mismo hábitat por miedo a desaparecer”.