Share This Article
Con todo en contra pareciera encontrarse la ingeniera y profesora chillaneja, Jéssica Quezada, quien el pasado jueves sufrió el robo de su vehículo desde la calle Vega de Saldías, esquina Avenida Argentina.
Tras el exasperante escenario de ser víctima de un robo, fue el sábado siguiente cuando unos lugareños del sector del puente El Diablo, camino a Quilmo, lo avistaron flotando en el cauce del río Chillán, por lo que ya se podía declarar una pérdida total.
Pero si la conciencia de tener el vehículo asegurado le generaba una calma relativa, “me encuentro ahora con la posibilidad de que no pueda cobrar el seguro porque el auto desapareció”, explicó la afectada a LA DISCUSIÓN.
Tras infructuosos intentos por retirarlo del cauce, las fuertes y persistentes lluvias caídas el martes, sencillamente, lo habrían hecho desaparecer.
“Lo fuimos a mirar ayer con el liquidador del seguro y no estaba”, relata, precisando que descarta “totalmente que alguien lo haya sacado, menos con lluvia, porque cuando estuve preguntando entre las personas que tienen servicios de grúa, me explicaron que con los medios de ellos era imposible sacarlo, que se necesitaba maquinaria mayor para hacerlo”.
48 horas que se acaban
Ante este escenario, el problema es aún mayor para la docente, puesto que sin que el liquidador pudiera dar fe del siniestro del vehículo, “el seguro no me puede pagar y ellos me dieron casi 48 horas para presentar toda la documentación”.
Una de las opciones que tiene es que, de haberse hundido el vehículo, el caudal baje y aparezca, lo que no pareciera ocurrir a la brevedad.
Y la otra, consiste en un rastreo por el resto del río Chillán, para verificar si la corriente lo arrastró.
“No sé a quién acudir para esto”, dice, sin embargo, tiene la esperanza que Bomberos pueda colaborar con ella.
“Tengo que reunirme con ellos, en Chillán, para pedir el informe de ellos y presentarlo al seguro, en esa oportunidad les preguntaré si el equipo de rastreo me puede colaborar”, plantea.
Desde Bomberos, el comandante Gustavo de la Fuente explica que “el grupo Gersa que es de Bomberos Quillón solo se activa en base a emergencias y éste no es el caso”.
Sin embargo, la opción puede generarse a través del Ministerio Público.
Considerando que este auto es parte de una investigación por robo, más aún cuando se reveló que se indagaba su participación en otros delitos, por lo tanto es una evidencia, “lo que puede hacer la afectada es hacer que el fiscal de la causa dé la orden para que el grupo Gersa rastree el sitio y lo encuentre. Y esa sería la única manera”, plantea el comandante.
Cadena de infortunios
Este semana no fue la mejor para Jéssica Quezada.
Más allá del robo y el aviso de Carabineros sobre su hallazgo en el río, la ingeniera se enteró de otra mala noticia. Carabineros le informó que de acuerdo a la Fiscalía, debía ser ella quien tenía que costear la logística para sacar el automóvil del río.
Y una vez que bomberos del grupo Gersa, especialistas en operaciones subacuáticas, rastrearon el Daihatsu para descartar presencia humana en su interior, le comunicaron a la afectada que le habían robado el motor y el capó.
“Increíblemente, ese auto se lo iba a vender en $8 millones a mi cuñada. Ahora lo único que quiero es demostrar que aún permanece ahí”.