Señor Director:
Y lo impensado se hizo realidad. La Ministra del Interior, Izkia Siches, se convirtió un gran dolor de cabeza y un flanco abierto cuya única solución, por dolorosa que sea, es tanto necesaria como urgente. De haber madurez y sensatez política el ajuste ministerial debiera ser inminente y no resiste mayor análisis.
Será el presidente Boric quien, por cierto, tendrá la última palabra y deberá tomar la decisión para evitar un desfonde aún mayor recién iniciado su mandato.
Rodrigo Durán Guzmán