Señor Director:
Los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos de Santiago 2023 llegaron a su fin, superando todas las expectativas. Los recintos rebosaban de espectadores, el nivel deportivo fue altísimos, las ceremonias conmovieron a todos y todas, la mascota (Fiu) dejó una huella profunda en el corazón de chilenos y visitantes, y la organización demostró un desempeño óptimo.
¿Estamos a punto de ingresar al escenario olímpico? La alentadora sugerencia del presidente del Comité Olímpico Internacional nos impulsa a considerar la posibilidad de postularnos como sede. Sin embargo, surge la pregunta crucial: ¿Cómo lograrlo?
La magnitud económica de los Juegos Olímpicos es aproximadamente 20 veces mayor que la de los Panamericanos. Por ejemplo, los Juegos de Tokio 2020 costaron US$13.600 millones, casi una séptima parte del presupuesto que el Congreso discute para el próximo año.
Este contexto exige ser realistas. Asumir un gasto de tal envergadura solo sería viable con el respaldo del empresariado. En la actualidad, Chile no dispone de las condiciones financieras necesarias para afrontar la magnitud económica que conlleva unos Juegos Olímpicos.
En este sentido, reflexionar sobre nuestras capacidades y recursos resulta crucial antes de embarcarnos en un desafío tan ambicioso. La travesía hacia unos Juegos Olímpicos requerirá no solo entusiasmo, sino también una estrategia financiera sólida y un respaldo comprometido del sector empresarial para alcanzar la meta sin comprometer el bienestar económico del país.
Como dijo Harold Mayne-Nicholls: “Nos dejaron la pelota dando bote en el área chica. Debemos hacer el gol”.
Frano Giakoni
Director Carrera Deportivo Unab