La seremi de Salud, Marta Bravo, encabezó una fiscalización que terminó con el funcionamiento clandestino de una fábrica de cecinas en el sector Coipín, comuna de San Nicolás. Allí, se constató que el establecimiento elaborador de propiedad de Miguel Parra Pedreros, no tenía autorización sanitaria, y operaba con serias deficiencias de higiene y salubridad.
“Junto a la Unidad de Seguridad Alimentaria comprobamos que las instalaciones carecían de una infraestructura adecuada, sin ningún tipo de requisitos sanitarios mínimos, por lo que hemos iniciado un sumario y prohibido el funcionamiento a esta fábrica que operaba en condiciones inaceptables atentando contra la salud de las personas”, afirmó Bravo, añadiendo que además se decomisaron 870 kilos de productos no aptos para consumo.
“Tampoco pudo ser justificada la materia prima con la que se elaboraban las cecinas, las que finalmente fueron enviadas para su destrucción a una planta de tratamiento y disposición de residuos en Chillán Viejo”, agregó la seremi de Salud.
El sumario sanitario se inició por incumplimiento al DS 977/96; con deficiencias relacionadas con infraestructura: cielo y muros de madera, sin lavamanos en área de procesos (agua); área externa con piso no tratado de tierra; presencia de cartones y géneros en muros de la fábrica, entre otras.
“Es importante que este tipo de comercializadoras que operan al margen de la legalidad, sin cumplir con las normas sanitarias, sigan siendo descubiertas. Por ello, la información que la ciudadanía nos pueda proporcionar es vital y clave”, subrayó Bravo.