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El pasado martes se cumplió el plazo final para que los planteles, incluyendo la región de Ñuble, reporten cada una de las unidades emisoras de olor de su fuente de emisora, que se encuentran ubicadas dentro del perímetro del predio.
Con la información recopilada, entonces, la Superintendencia del Medio Ambiente conformará un catastro que incluirá todas las unidades emisoras de olor afectadas por la norma de emisión.
La confirmación de este proceso fue realizadas por el seremi de Medio Ambiente, Mario Rivas, quien comentó, a propósito de las denuncias que se han repetido en Chillán Viejo, Chillán y en el sector de Talquipén, en Coihueco, que “regionalmente. también la SMA ha recepcionado denuncias ambientales, derivadas de eventos de olores de planteles porcinos, siendo los más significativos los de las comuna de Chillán Viejo y Coihueco, catalogados como grandes o pequeños y en las que ya se han realizado inspecciones este año, existiendo asociados tres procesos sancionatorios, uno al plantel San Guillermo (Coihueco) y otros dos en curso al plantel Maxagro (Chillán Viejo), cuyos detalles se pueden ver en la página de la Superintendencia”.
Rivas añadió que la Superintendencia del Medio Ambiente ha estado, también, monitoreando la situación, en conjunto con la Sermi de Salud, “porque acá, sí es que hay vectores asociados, por supuesto que hay competencia de cada una de estas entidades. Y en relación al tema de olores del sector porcino, particularmente que se podría eventualmente asociar, ya se ha cumplido un año desde la publicación de la norma de emisión de olor para estos planteles, la que regula la emisión de contaminantes obligando a medir y reducir la emisión de olor.
Evitar la normalización
La noticia fue acogida con moderado optimismo en algunas de las comunas afectadas, como por ejemplo en Chillán Viejo, cuyo alcalde, Jorge del Pozo ya desde su época de concejal fue parte de varias acciones de denuncias y ahora como jefe comunal, reconociendo que se trata de un conflicto muy difícil de superar, pero que se busca que al menos no llegue a normalizarse.
“Hemos interpuesto varios reclamos por los episodios de malos olores y durante bastante tiempo, porque lamentablemente es una situación que nuestros vecinos ya se han habituado a padecer durante todos los veranos, y lo que buscamos es que no se transforme un problema que se termine normalizando, ya que si lo normalizamos, después no se hace nada al respecto”, advirtió.
el Pozo acusa que sólo esta semana ya ha habido dos jornadas con malos olores intensos y que “incluso, por causa el viento, llegan hasta el sector del Parque Lantaño, en Chillán”.
Conforme a la autoridad chillanvejana, algunos episodios llegan a sentirse en la totalidad del radio de su comuna, razón por la que “las quejas no sólo son de la municipalidad, sino que de las juntas de vecinos e incluso de algunas empresas que han visto muy afectadas su calidad de vida a causa de esta situación”.
Fiscalizaciones en el sector de Nueva Aldea, por derrame de purines; y a la misma planta de Maxagro, en 2022, significaron multas de hasta $7.400 millones; mientras que en los años 2016 y 2017, algunos planteles fueron sancionados con hasta 400 UTM.
Mejoras en las tecnologías
Pese a lo anterior, ya desde el 2023, algunas de las empresas que ya conforman el catastro oficial, han ido avanzando en la aplicación de tecnologías de última generación y traídas desde Alemania, para el tratamiento de los malos olores, tarea que para todos los planteles en el mundo significa una tarea extremadamente compleja de controlar.
Desde Coihueco, el administrador municipal de esa comuna, Russel Cabrera, dijo que “sabemos que los planteles que son fuente de estos episodios de malos olores causan muchos problemas en el entorno, pero cada vez que los hemos convocado a alguna reunión para ver el tema, hemos notado que tienen la mejor disposición para superarlos y sabemos también que han estado aplicando mejoras en la tecnología y en los productos”.
Uno de los últimos problemas que se registraron al respecto en la comuna de Coihueco, “fue con el plantel de Santa Gisselle, pero se conversó con ellos y al menos, este año, no hemos tenido denuncias al respecto”, aseveró Cabrera.
Otras empresas, como la sancionada Maxagro, fue fiscalizada en 2023 sin que se registraran mayores observaciones. Esta misma empresa, comenzó a aplicar una tecnología llamada Envirosuite, lo que les ha permitido detectar episodios de malos olores de acuerdo a las condiciones de viento, calor y de clima en general, lo que les ha significado reducir los episodios críticos.