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Señales de recuperación inmobiliaria

Durante los últimos años el sector inmobiliario en la región de Ñuble, como en el resto del país, se ha mostrado estancado, con menores ventas y con un bajo número de proyectos habitacionales en comparación con la prepandemia, lo que ha impactado a las empresas del sector y, en consecuencia, el empleo.

El fuerte aumento de los costos de materiales, de transporte y de la mano de obra en los últimos cinco años ha tenido consecuencias en la sostenibilidad económica de muchas empresas constructoras, pero también ha encarecido el valor de viviendas, en un escenario de tasas de interés más elevadas, lo que ha alejado a muchos de cumplir el sueño de comprar una casa.

Un aspecto clave también es la escasez de suelo urbano disponible y la burocracia en los permisos de edificación, que han hecho que se demore el desarrollo de nuevos proyectos habitacionales. Lo anterior, no sólo encarece los costos, sino que también limita la oferta en zonas de alta demanda.

Por otro lado, el acceso al financiamiento todavía es una barrera para miles de familias. Las tasas de interés, los requisitos bancarios y la falta de instrumentos flexibles para sectores emergentes han dejado a muchos fuera del mercado.

La buena noticia es que las tasas de interés han caído significativamente a mínimos de los últimos dos años y hoy están en torno al 3,3% para viviendas nuevas con subsidio al dividendo, un beneficio para viviendas de hasta 4.000 UF implementado a partir de este año, que ya está operativo y que ha captado el interés de miles de personas, lo que debiera estimular la velocidad de venta y empujar el desarrollo de nuevas inversiones a partir del próximo año.

Y si bien es un paso importante, todavía hay mucho por avanzar para generar condiciones más favorables, por ejemplo, se requiere con urgencia frenar la inflación apuntando a sus causas, así como también fortalecer el mercado de capitales, reevaluar los tributos que gravan la venta de viviendas nuevas y dar pasos concretos en la simplificación de los permisos.

Un estudio de la Universidad de Talca mostró que, entre enero y julio de 2025, el número de permisos de edificación para viviendas en Ñuble alcanzó a 2.349, lo que representa un incremento de 2,9% en comparación con igual periodo de 2024 (2.282), aunque inferior a enero-julio de 2019 (2.438).

Hay señales de recuperación, además, al revisar el ingreso de proyectos habitacionales al Servicio de Evaluación Ambiental durante el presente año.

Si las tasas de interés continúan su trayectoria descendente, el próximo año podríamos ver una mejora gradual en la capacidad de compra y un repunte en las ventas, especialmente en el segmento medio.

Sin embargo, también es necesario considerar que la economía funciona como un sistema hiperconectado, donde variables como la evolución de la masa salarial, la desocupación, el consumo de los hogares, la inflación y los costos de la construcción, así como también la permisología y las limitaciones de la red eléctrica, tienen un efecto en la demanda de viviendas y en la toma de decisiones de inversión. En otras palabras, en la medida que no se superen aquellas vallas que están frenando el crecimiento económico de Ñuble, será más difícil que el sector inmobiliario recupere el dinamismo que exhibió en la prepandemia.

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