Luego que en enero pasado no se alcanzara el quórum requerido en la Cámara de Diputados (3/5, es decir, 93 legisladores en ejercicio); la lucha por reponer el voto obligatorio lejos de archivarse, está dando nuevamente la batalla. Y en ambas cámaras.
El lunes pasado se retomó en la Comisión de Gobierno del Senado la discusión de un proyecto ingresado en 2015 por un grupo transversal de senadores; en tanto, se aprobó en general y en particular, por ocho votos a favor, dos en contra y dos abstenciones; otra iniciativa similar en la Comisión de Gobierno de la Cámara, por lo que la iniciativa deberá medirse nuevamente en sala.
Para el diputado DC, Jorge Sabag, “acá existe una negativa de parte de los partidos oficialistas de discutir este proyecto, por lo tanto, veo muy poco probable su aprobación, tanto para abril como para octubre”.
Según el legislador, “la incertidumbre que les provoca a algunos el abrir el padrón electoral hace que rechacen este proyecto, y aunque somos la mayoría los que pensamos y creemos que es necesaria esta reforma, la minoría se impone, ya que para su aprobación se necesita un quórum muy alto. No podemos legislar con la calculadora en la mano, dependiendo de nuestras conveniencias. Acá se trata de cómo la ciudadanía tiene derechos, pero también debe tener obligaciones, y una de esas es acudir a las urnas”.
Su par independiente, Carlos Abel Jarpa, insistió en que se cometió un error al aprobar el voto voluntario.
“Debemos entender que, junto con los derechos, vienen de la mano los deberes. Por ello voté favorablemente en enero el proyecto”, sostuvo, agregando que ve complejo que se apruebe una reforma de este tipo para el plebiscito.
“Pensando en las elecciones de octubre, sin lugar a dudas que votaré favorablemente la iniciativa, dado que el voto obligatorio permite a quienes sean electos y electas no tan solo la legitimidad del cargo, sino que también la representatividad necesaria para cumplir sus funciones. Sin embargo, para que esto sea aprobado, necesitamos votos de parlamentarios oficialistas, ya que en la cámara somos 82 parlamentarios de oposición y para una iniciativa de este tipo requerimos de 93 sufragios”, recalcó.
La diputada PPD, Loreto Carvajal, destacó que el voto obligatorio “refuerza la democracia, y una de las principales demandas del estallido social tiene relación con la escasa representatividad, y el voto obligatorio apunta a eso”.
La legisladora recordó que en la segunda vuelta presidencial de 2017 “no votó el 51% de los ciudadanos habilitados. Por ende, este rechazo profundiza el poder de unos pocos sobre el resto. Más aún, cuando hay estudios que revelan que en las comunas más ricas votan más personas que en las comunas con menos recursos”.
Libertades personales
En el oficialismo, al igual que en el Gobierno, no es prioritario impulsar una reforma de este tipo.
“No soy partidario de que se obligue con sanciones a las personas a votar. La libertad para decidir consiste precisamente en el ejercicio de una preferencia, pero también en la legítima decisión de no tenerla u optar por un camino distinto. Por esa razón me opuse a la paridad, porque no es razonable que incorporemos restricciones a procesos en que tanto mujeres, en algunos casos, como hombres, en otros, puedan tener mayores méritos para ser candidatas o candidatos”, sostuvo el diputado de la UDI, Gustavo Sanhueza, quien cree que el voto voluntario mejora el esfuerzo de los candidatos para sumar adhesión.
“El 21 de enero pasado la Cámara de Diputados se pronunció rechazando un proyecto que pretendía reponer el voto obligatorio y no veo razón para seguir insistiendo en esta materia cuando tenemos una agenda bien exigente en lo social”, aseveró.
En tanto, el diputado de RN, Frank Sauerbaum, descartó que se pueda contar con voto obligatorio para el plebiscito.
“Los tiempos no dan, y tampoco están los votos suficientes. La mayoría ha ido entendiendo que en vez de restringir libertades hay que privilegiar la libre disposición de las personas. Es nuestro rol como políticos entusiasmar con ideas”, sostuvo.
