El Senado de Colombia aprobó este miércoles el ascenso a general de cuatro soles del comandante del Ejército, Nicacio Martínez, cuestionado por la oposición y organizaciones internacionales por la ejecución extrajudicial de civiles a manos de tropas bajo su mando.
Con 64 votos a favor y uno en contra, la plenaria de la cámara alta aprobó elevar de rango a Martínez y otros 12 militares y policías. La oposición, que es minoría y desaprueba su ascenso, no votó ante la imposibilidad de escrutar de forma separada a cada uno de los aspirantes.
Martínez, que este miércoles pasó de mayor general a general, es señalado por organizaciones internacionales como Human Rights Watch de comandar una brigada investigada por asesinatos de civiles y vínculos con el paramilitarismo.
Martínez fue el segundo comandante de la Décima Brigada Blindada del Ejército, que opera en el norte del país, entre octubre de 2004 y enero de 2006.
La fiscalía colombiana, según HRW, ha abierto investigaciones sobre 23 ejecuciones perpetradas por soldados de esa unidad en 2005.
La ONG asegura que el general además firmó un documento en el que certifica el pago de unos 400 dólares a un informante que habría ayudado a alcanzar “excelentes resultados” en dos operaciones militares.
En una de ellas los uniformados reportaron la muerte de un hombre y una mujer que supuestamente pertenecían a la guerrilla FARC, que se desarmó tras firmar un histórico acuerdo de paz en 2016.