Señor Director:
Un tema recurrente en los medios ha sido el crecimiento de la ciudad y el colapso vial y es en este contexto que tras
extensas gestiones de los vecinos, el 26 de agosto del año 2021 se anunció la licitación de la semaforización del cruce
Cato-Nahueltoro, proyecto que, en palabras de las autoridades asistentes, contribuiría a la seguridad y resguardo de los
ñublensinos, por tratarse de un punto crítico.
A un año, no hay avance de las obras, su ejecución se ha pospuesto una y otra vez por temas administrativos, mientras
se suscita a diario gran congestión vehicular y aumentan los accidentes de tránsito, varios de gravedad, por cuanto esta
intersección es compartida por un amplio espectro de usuarios, que van desde vehículos de alto tonelaje hasta personas
que realizan deporte o circulan en bicicleta.
Como ciudadanos, respetuosos de nuestras obligaciones e impuestos, esperaríamos igual respuesta de nuestras autoridades en la gestión de aquellas iniciativas que promueven a la seguridad de la comunidad. Lamentablemente, y aún más
en periodos de campaña electoral, se repiten las fotografías, anuncios y apretones de mano con los vecinos, pero luego la
ejecución de estos proyectos queda en el olvido, al final del cajón de prioridades, aunque su retraso comprenda vidas.
Si ante proyectos que al sentido común parecen simples debe esperarse un año o más para el inicio de su ejecución, la
consecuente reflexión es ¿cuánto esperaremos entonces para la materialización de las grandes obras públicas, aquellas
que llenan portadas y son tan necesarias para el desarrollo de la región?
Bárbara Manosalva Zapata