El Presidente de la República Gabriel Boric rindió ayer ante el Congreso Pleno su segunda cuenta anual desde que asumió el Gobierno, dando cumplimiento a la disposición constitucional que ordena la realización de dicha solemnidad.
Se trató de un discurso de 3 horas con 36 minutos, el más largo desde el retorno a la democracia, que giró en torno a la necesidad de llegar a acuerdos para concretar reformas sociales, como las pensiones y la salud pública, lo mismo que una reforma tributaria para financiar esos programas, iniciativa que será presentada nuevamente en julio al Senado, según anunció el Mandatario.
El jefe de Estado hizo un repaso por los tres ejes de su administración y las medidas que esperan implementar para mejorar en materias como equidad, ingresos, seguridad y vivienda. Al inicio de su mensaje, el Presidente Boric destacó avances como el copago cero para los usuarios de Fonasa, la entrada en vigencia de la ley que hace efectivo el pago de la pensión de alimentos, la aprobación de la jornada laboral de 40 horas, el aumento del salario mínimo en acuerdo con la CUT y la Ley TEA.
A lo anterior sumó dos temas que han generado bastante debate, como es la disminución de las listas de espera en el sistema público de salud y el plan de emergencia habitacional en el caso de las zonas afectadas por los masivos incendios del verano pasado. En ambas hay evidencias y testimonios locales que muestran lo contrario.
Naturalmente, el Mensaje a la Nación es una tribuna para anunciar grandes iniciativas, por lo que será siempre imposible escuchar detalladas referencias de qué se pretende hacer en cada territorio.
Pese a ello, hubo referencias a nuestra región, a propósito de la recepción de los trenes más rápidos de Sudamérica, que pronto comenzarán a transportar pasajeros entre Chillán y Santiago, como también el anuncio de la construcción del Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores en Ñuble, y la reposición del Liceo de Yungay.
También dedicó un capítulo de su mensaje al desarrollo rural. En este ámbito, dijo que se pondrá el foco en fortalecer la seguridad alimentaria, la seguridad hídrica y dotar a las zonas rurales de servicios indispensables para su desarrollo, como salud y educación.
Para la oposición, sin embargo, el discurso fue mezquino con Ñuble, criticando la ausencia de alguna iniciativa especial para revertir los altos indicadores de desempleo y pobreza de la región más joven de Chile, o la confirmación de un proyecto emblemático como el embalse La Punilla.
En las próximas horas y días se profundizará el análisis de lo expuesto ayer, acompañado de las tradicionales disputas entre el oficialismo y oposición al evaluar su contenido.
En todo caso, cada ciudadano y ciudadana deberá sacar sus propias conclusiones, en un ejercicio de accountability sobre los grandes compromisos que Gabriel Boric y la coalición que lo acompaña asumieron al iniciar su gestión y que también será revelador del nivel de credibilidad que hoy emana de la investidura presidencial y del proyecto de país que ofrecieron hace dos años.
