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Los incendios forestales profundizaron la grave crisis de disponibilidad de materia prima que están enfrentando las pymes madereras del país, un escenario que se agudizará en los próximos años, según advierten los gremios, debido a la reducción de las plantaciones.
La Corporación Chilena de la Madera (Corma) estima que, en una década, las plantaciones forestales en el país se han reducido en un 14%, cifra que se concentra en las pymes, es decir, en diez años se han perdido 320 mil hectáreas.
En ese contexto, revela que en los últimos diez años la reforestación ha caído un 27% y la forestación, un 99%.
Como consecuencia de ello, en los últimos cinco años se han cerrado cerca de 200 pequeños aserraderos y cuatro plantas industriales cerraron en los últimos dos años, además de 20 empresas contratistas. De esta forma, se han destruido 36 mil empleos directos e indirectos en diez años.
Asimismo, el gremio planteó que, en materia ambiental, la reducción de las plantaciones representa un retroceso en la agenda de carbono neutralidad, la erosión de los suelos, menos regulación del ciclo del agua en zonas erosionadas y la pérdida de servicios ecosistémicos.
Según estadísticas de Infor, con datos de Conaf, en Ñuble existen 286.536 hectáreas de plantaciones forestales. Mientras en 2019 se plantaron, por concepto de reforestación de predios forestales, un total de 18.398 hectáreas en la región, en 2020 bajó a 7.776 has, en 2021 descendió a 6.590 has y en 2022 registró un leve repunte para llegar a 8.065 has. Sin embargo, por concepto de forestación la superficie nueva es cero.
De acuerdo a la asociación gremial de pymes madereras, Pymemad, con datos de Infor, el patrimonio de plantaciones de pino radiata en la región de Ñuble alcanza a 184.422 hectáreas, lo que representa un 14% del total nacional. De la superficie regional, 67,1% está en manos de grandes empresas (aquellos que poseen más de 30 mil has); 7,7% en medianas empresas (más de 5 mil has); 8,4% en medianos propietarios (más de 200 has) y 16,7% en pequeños propietarios (menos de 200 has).
Lo anterior da luces del principal problema de las pymes en la actualidad: el acceso a materia prima. Ello, porque si bien las grandes empresas cuentan con el patrimonio forestal necesario, al menos en el corto plazo, los aserraderos deben comprar a pequeños y medianos propietarios, así como también a las grandes empresas, explicó Michel Esquerré, presidente de Pymemad.
Factores de la crisis
La principal causa es, claramente, la forestación cero en la región y en el país, proceso que comenzó a observarse en 2012, al expirar el DL. 701, de fomento forestal, que durante 40 años subsidió las plantaciones en Chile.
Por ello, en la última década solo se está invirtiendo en reforestación, aunque a tasas muy inferiores a las históricas.
En ese escenario, sin duda, los incendios forestales han agravado el problema, al reducir drásticamente la disponibilidad de bosques. La temporada 2022-23 de incendios forestales arrasó con 222.987 hectáreas de plantaciones en el país, de las cuales 34.808 hectáreas corresponden a Ñuble.
En opinión de Michel Esquerré, de Pymemad, si bien el gremio viene advirtiendo el problema durante los últimos diez años, “ahora se está hablando del tema porque finalmente la crisis llegó a las grandes compañías. Y claro, cuando le tocaba las pymes, las pymes no eran escuchadas por nadie”.
Recordó que el reciente verano “se cerró un aserradero en el sector Santa Clara, comuna de Bulnes, lo que dejó a 110 personas sin empleo; se han disminuido turnos de aserraderos y en las plantas industriales, para qué hablar de los aserraderos de Coelemu afectados por el fuego. El sector ha venido sistemáticamente degradándose, los incendios empujaron mucho, el sector está bastante golpeado”.
Soluciones
En ese sentido, el dirigente gremial planteó que, “la solución pasa por el fomento de las plantaciones en los pequeños y medianos propietarios; eso es el punto de partida”. Apuntó que, “por cada millón de pesos que invierte el estado en fomento en plantaciones de pequeños y medianos propietarios, más el costo financiero de lo que significa financiar esa plantación durante su ciclo de vida (cerca de 15 años), ronda $2.800.000; solo por concepto de IVA el estado recupera ese costo. Y después, si le sumamos el impuesto a la renta, el IVA del transporte y el IVA de la cosecha, el estado más que duplica la inversión. Es decir, el estado podría salir a endeudarse para financiar el fomento de las plantaciones a los pequeños y medianos propietarios en forma directa. Ése es el puntapié inicial que se necesita”.
Asimismo, postuló que, “el segundo puntapié es la cooperación de las grandes compañías, porque las dos grandes empresas y los fondos de inversión han sido los que han sostenido la plantación de pino y eucalipto, porque los pequeños y medianos propietarios es muy difícil que retomen plantaciones, porque, si se les quema el campo en el año diez, no recuperan la plata y no tienen plata para invertir; y además, tienen miedo a los incendios, no hay seguros, el estado no está garantizando que no va a haber incendios, porque se ve que la intencionalidad de los incendios es gigantesca, hay gente mala quemando los bosques, entonces, hay mucho temor de invertir. Entonces, por eso es tan importante el fomento a las plantaciones y la cooperación de las grandes compañías es vital en el abastecimiento de las pymes”.
Esquerré detalló que, para las pymes, el abastecimiento de trozas desde las grandes empresas decreció desde un 24,1% del total en 2015, a un 8,5% en 2022, según datos de Infor. En tanto, el 73% de su abastecimiento proviene de compras a terceros, medianos y pequeños propietarios o pymes forestales.
Conviene recordar que, al expirar el DL 701, existieron algunas iniciativas legislativas que buscaban retomar el fomento a la forestación, pero con subsidios acotados a los pequeños y medianos propietarios. Sin embargo, ninguna prosperó debido al rechazo de algunos sectores políticos.
Según el timonel de Pymemad, dichas iniciativas no se concretaron “porque se ha creado un estigma sobre el sector forestal muy malo, está ideologizado y realmente han dado un pésimo discurso, se ha mentido mucho sobre el sector forestal, a pesar de que es uno de los sectores económicos más importantes para descarbonizar la economía. Chile no va a cumplir sus metas de descarbonización si no fomenta las plantaciones forestales”.
“Inventaron el cuento de que el pino es un árbol malo y que el eucalipto es un árbol malo -continuó-. Es como que yo me pusiera a inventar que el choclo, por ser una planta exótica, es una planta mala. Y más encima, la gente se compró el cuento, se compró la mentira”.
Esquerré indicó que Ñuble está tan afectada como las demás regiones forestales, pero subrayó el trabajo de coordinación que están llevando adelante en todas las regiones los distintos gremios y organizaciones ligados a la actividad en torno a Futuro Madera, frente creado hace dos años que reúne a la Asociación Chilena de Biomasa, la Asociación de Contratistas Forestales, la Asociación de Propietarios de Bosque Nativo, el Colegio de Ingenieros Forestales, Corma y Pymemad. En conjunto, han levantado su preocupación por la violencia que afecta al sector, principalmente en la macrozona sur; así como también por la falta de madera, las usurpaciones, el robo de madera, los incendios y la falta de herramientas para la recuperación.
Aumentar superficie
Alejandro Casagrande, presidente de Corma Biobío y Ñuble, manifestó que, “es crucial que el sector forestal se recupere y vuelva a crecer para garantizar el abastecimiento necesario tanto para las exportaciones como para el mercado nacional”.
Expuso que, “no podemos pasar por alto que en los últimos años se han perdido 35 mil puestos de trabajo en el país, se han cerrado alrededor de 200 aserradero de diferentes tamaños. Para ello es fundamental abordar la preocupante disminución de la cobertura boscosa productiva en Chile, se están perdiendo 35.000 hectáreas de bosques al año, en lugar de alcanzar la meta de agregar 20.000 nuevas hectáreas, como se establece en el camino hacia la carbono-neutralidad de nuestro país”.
“Es urgente que los pequeños y medianos propietarios vuelvan a plantar, ya que en la actualidad no lo están haciendo. Esto es fundamental para recuperar los bosques en los sectores afectados por incendios forestales y para crear más bosques en terrenos con aptitud forestal que están experimentando procesos de erosión y pérdida de productividad, y que finalmente no están contribuyendo a la economía local”, reafirmó Casagrande.
Argumentó que, “el mundo y Chile necesitan más bosques, debido a todos sus beneficios sociales, ambientales y económicos. Para lograr esto, se requiere la implementación de políticas públicas que apoyen este impulso y que tengan en el centro a pequeños y medianos propietarios”.
Nueva ley de fomento
Consultado el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, comentó que hay acciones concretas del gobierno. “Primero, esta duplicación del presupuesto de Conaf no es gratis, fueron US$ 150 millones y eso es seguridad estratégica al sector; segundo, hay un programa de rehabilitación de suelos, específico para las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía, por los incendios de 2023, y tanto el SAG como Indap están trabajando con varios actores”.
Añadió que, “a su vez, Conaf ha direccionado recursos para un plan más acotado, pero hay 500 millones de pesos en el caso de la región, para precisamente ayudar a Pymemad en reforestación. Además, en la Ley de Incendios colocamos un programa bien importante, para que personas que quieran salirse del DL 701 y hacer agroforestería, es decir, una mezcla de bosque con pasturas o con frutales; tenemos que ir en esa lógica. Y vamos a cumplir el programa de nuevo, a partir de junio vamos a tener diálogos con diversos actores, con una propuesta de una nueva ley de fomento, pero también un llamado a la industria forestal grande, a buscar formas de contrato a largo plazo”.
Por otra parte, Valenzuela adelantó que, “tenemos muy avanzado con el ministro de Economía, Nicolás Grau; la Corfo; la Fundación Chile; un equipo de trabajo con el Ministerio de Agricultura, para poder securitizar el crédito e inversión y también un proyecto que tiene elementos de apoyo de parte del estado a lo que llamamos bosques más sustentables. Recuerde que hay una Ley Marco de Cambio Climático, que prohíbe subsidiar monocultivos. Entonces, aquí tiene que existir lo que llamamos 70-30: puede haber 70% de una especie, pero lo otro tiene que ser nativo, tienen que ser los cortafuegos, tiene que ser la interfaz urbano-rural, tiene que respetar los esteros y las zonas de pastura que tienen que haber en distintas áreas para un modelo forestal resiliente y de largo plazo”.