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Un estudio de la consultora Econsult abordó los desafíos que enfrenta el sector forestal en Chile, debido a la crisis climática y a la disminución de la actividad industrial, en un escenario complejo marcado por la menor disponibilidad de materia prima y un horizonte poco auspicioso.
En 2022, el sector representó un 1,6% del PIB nacional, un 23% del PIB de la Región de Los Ríos, 21% en Ñuble, 11% en Biobío y un 9% en La Araucanía, generando 267.500 empleos directos y 160.500 empleos indirectos.
Además, el sector representó un 14% de las exportaciones no mineras a nivel nacional, mientras que, en las regiones forestales, es el motor exportador. En Ñuble, en 2022 representaron un 60% del total de los envíos.
Sin embargo, la actividad industrial ha caído, con una disminución anual promedio del 3,6% en el rubro celulosa y del 7,8% anual promedio, en el rubro madera.
A modo de ejemplo, el estudio plantea que en los últimos años la caída del ingreso autónomo de los hogares en comunas forestales, ha sido mayor que la caída en comunas no forestales. A su vez, en los últimos 10 años se ha destruido empleo forestal en la macrozona.
Los datos muestran que la industria forestal es la principal actividad económica del territorio rural de Ñuble, pero los incendios forestales y la ausencia de incentivos a la forestación han tenido un efecto devastador en el empleo y en la actividad de las pymes madereras. Tal como viene ocurriendo durante los últimos diez años en la macrozona forestal, en Ñuble se repite el escenario de cierre de aserraderos, reducción de turnos y despidos.
El estudio fue dado a conocer ayer en Concepción, en el marco de una asamblea extraordinaria de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), en la que también participaron autoridades y representantes gremiales.
Las estadísticas oficiales dan cuenta que la superficie de plantaciones forestales ha disminuido 14% entre 2013 y 2023; donde destaca que la superficie anual forestada ha caído un 99% en los últimos 17 años, es decir, prácticamente no se ha plantado en nuevos predios.
Asimismo, en los últimos 10 años se han destruido 320 mil hectáreas de plantaciones, lo que aleja al país de la meta de ser carbono neutral para 2050.
Por otro lado, de acuerdo con la Corporación de Bienes de Capital, el sector forestal no tiene proyectado materializar inversiones relevantes en el próximo quinquenio, con la excepción de la planta de paneles OSB que levantará Arauco en el complejo Trupán-Cholguán, en la comuna de Yungay.
Lamentablemente, los prejuicios de algunos grupos impidieron, en la década pasada, avanzar hacia una versión mejorada del extinto DL 701 de fomento forestal, que durante 40 años bonificó las plantaciones.
Hoy, en un escenario complejo para la economía, con altos niveles de desempleo que están golpeando fuertemente a las comunas rurales, es clave trabajar con sentido de urgencia en la implementación de una política de fomento forestal de verdad, que nazca del diálogo entre el gobierno, los actores involucrados y los expertos, sin consignas ni panfletos, y que responda a la realidad geográfica, económica, social y ambiental de la macrozona, con un enfoque sustentable, con foco en los pequeños y medianos propietarios, en las pymes y en las miles de familias que dependen de este sector.