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Patricio Caamaño, seremi de Medio Ambiente, mientras se acomodaba en el tren que lo devolvía de Santiago a Chillán, para participar de la Feria por el Día Mundial del Agua, reflexiona que “es un tema más delicado de lo que muchos aún quieren ver. Hay ya estudiosos que plantean que en unas décadas más, el agua será la causa de la próxima guerra mundial”.
Por eso defiende la existencia de los embalses, argumentando que “apenas se aprovecha el 20% de las aguas lluvias y de otros afluentes, el resto, el 80%, se desperdicia”.
Pero su paso por Santiago, no fue para instruirse al respecto, sino para presentar algunos proyectos y planes para lograr bajar los índices de contaminación y aprovechamiento de la energía calórica en la Región de Ñuble.
“Y la verdad es que todavía no tengo las respuestas, pero ya las próximas semanas debería haber novedades”, dice.
Volviendo al agua, Caamaño dice que “debemos empezar a mirar al futuro, aplicar tecnologías que están dando resultado en otras partes, como el Proyecto Israel, con lo que se consigue inyectar aguas a las napas submarinas”.
La moda del discurso medioambientalista -asegura- no ayuda mucho en realidad. “Porque pese a que los temas medioambientales están en voga, lo máximo que en realidad se puede esperar es que les pongan un like a las publicaciones que se hacen, pero a la hora de generar cambios, eso no se aplica”.
Y a modo de ejemplo, habla de las duchas largas, del regadío y de otros despilfarros domésticos que para erradicarlos se requiere de titánicos esfuerzos por sacarnos el uso mecánico de las costumbres de antaño.
“Mucha gente dice que una ducha larga no es tan grave. Pero si eso se multiplica por 180 mil, solo en Chillán y a diario, desde luego que es un daño”, plantea.
Si a esto se le suma los malos hábitos con la leña, la falta de cuidados para mantener la calefacción, las enfermedades respiratorias y los desfases en las declaraciones de emergencias medioambientales por parte de los organismos encargados, el resultado es que “debemos hacer grandes avances en la educación medioambiental y a eso, nos vamos a avocar con fuerza”.
6 mil estufas en dos años
Caamaño utiliza el siempre indesmentible dato duro para decir que “en el Gobierno anterior, en Chillán hubo 1.800 recambios de estufas”, en relación a la campaña que busca eliminar las estufas a leña y cambiarlas por otras que funcionen con pellet, por lo tanto mucho menos contaminantes.
“Sin embargo, eso no es suficiente. Nosotros en solo un año cambiamos dos mil, o sea más de lo que ellos hicieron en tres años. Y te digo más, para el 2020, nuestra meta es cambiar 4 mil más, en otras palabras, apuntamos a un recambio de 6 mil calefactores en dos años”, asegura.
Otra modificación será que la elección de la estufa no quedará en manos de los favorecidos, necesariamente.
“Si te ofrecen, por el mismo copago de 100 mil pesos, una estufa de 600 lucas u otra de 1 millón, todos se van por la más cara, aunque tu casa tenga menos de 65 metros cuadrados, y eso tampoco es correcto. Entonces, habrá una propuesta,pero en base a especificaciones técnicas”, planteó.
Finalmente, se bajarán los filtros para postular, “no puede ser que porque una persona viva sola, o sea joven se la deje afuera. Nuestra idea es hacer talleres, presentar las opciones en juntas de vecinos o sedes sociales para que todos sepan y conozcan sus nuevas opciones y además, para que conozcan y vean las estufas, ya no solo por un par de fotos”.
Polígono y aislación
En 2016 debutó la zonificación por polígonos en Chillán para abordar la restricción del uso de calefactores a leña. La medida continuará.
“La idea es que las preemergencias se respeten, pero va de la mano con una mayor conciencia del cuidado del aire y un mejor tiempo de respuesta ante los cambios del aire, tenemos que mantener la información actualizada y establecer o suprimir las restricciones a tiempo”, plantea.
Finalmente, respecto a los subsidios para la aislación térmica, especificó que si bien “es un tema de competencia del Minvu, ya hemos tenido reuniones con ellos y con el seremi de Energía para ver cómo se aplicarán los subsidios”.
Este año, dentro de la inédita inyección de presupuesto, el Minvu fue una de las carteras más favorecidas. “Pero todo parte por informarse y comprometerse con el cuidado medioambiental”, finalizó