Señor Director:
Ahora se habla de la salud mental y también del cuidado que le debemos a nuestra salud en general, ya sea, en las actuales circunstancias de pandemia y otras. La salud social importa muchísimo y también los métodos para recuperarla, hemos visto que los diagnósticos deben ser certeros y sin ambigüedades, lo engañoso todo lo tergiversa y enreda, el lenguaje políticamente correcto tampoco ayuda mucho.
Los virus se multiplican si no sabemos tratarlos. No es lo mismo el remedio que la enfermedad, no es lo mismo no distinguir las fuerzas pacificadoras de las que destruyen. Equivocarse en esto no sólo es ceguera es necedad. Debemos perseverar en persuadir que la “violencia nada engendra”, verso de un himno aprendido hace demasiado tiempo. Los líderes que menoscaban la paz social deberán hacerse cargo del daño que promueven y ser justamente sancionados. Debemos ser incansables en la búsqueda de soluciones que corresponden principalmente a las fuerzas activas y a todo ciudadano bien nacido.