Tras la derrota agónica frente a la Universidad Católica, el entrenador de Ñublense, Mario Salas, no solo fustigó el arbitraje de Juan Lara.
“Me siento perjudicado por el arbitraje. No cobró una mano de Católica y sí la nuestra. El resultado pasó por el árbitro y el VAR”, disparó el “Comandante”.
También reconoció, considerando la ubicación del Rojo en la tabla de posiciones, que su objetivo ahora cambió.
“Tenemos una baja cantidad de puntaje. No es la situación que queríamos, aunque hemos hecho méritos para estar más arriba, pero no es la realidad. Lógicamente, si esto sigue así, hay que replantearse el objetivo y empezar a salir de los puestos de abajo, más que de estar en una copa internacional”, confesó Salas abatido.
Ñublense está en el décimo lugar con 19 puntos, a cuatro puntos del descenso directo y a seis de la clasificación de la Copa Sudamericana, cuyo último boleto se lo lleva el equipo que remate en el séptimo lugar, ubicación que ostenta Palestino (25).
Sin embargo, el Rojo jugará dos partidos seguidos de visitante con rivales directos en la lucha por no perder la categoría.
El domingo 4 de agosto, a las 20.00 horas, visitará a Audax Italiano (17 puntos) y el sábado 10 de agosto, a las 12.30 horas, los “diablos rojos” visitarán a Copiapó (18 puntos) .
Dos salidas en las que el equipo de Mario Salas tendrá que rescatar puntos para evitar caer a la zona de descenso directo.
“Esto nos lleva a pensar cómo nos tenemos que plantear en adelante y lo que debemos mejorar como equipo porque nuevamente hicimos un primer tiempo con muchas imprecisiones”, recalcó Salas.
Refuerzo
Ad portas del cierre del libro de pases, el entrenador del Rojo se refirió a la eterna espera por el refuerzo que solicitó para potenciar la estructura ofensiva.
“Ha costado porque las negociaciones son difícil, no son fáciles y especialmente para un club como el nuestro que no tiene un gran presupuesto hay que saber elegir y elegir bien. Ojalá que la persona que traigamos venga y sea un aporte y no sienta en la banca”, concluyó.
