El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) aumentó a 552 hectáreas la superficie de zonas urbanas de Ñuble donde instalará emisores de confusión sexual contra la Lobesia botrana, llamada también Polilla de la vid, para evitar que la plaga se propague a los huertos frutales, donde la principal preocupación está en la industria del arándano, que debido a esta plaga ha enfrentado restricciones para exportar a Estados Unidos.
“Este año estamos reforzando el control de Lobesia botrana en las zonas urbanas para proteger a los huertos de arándanos y declarar cada día más áreas libres de esta plaga, para que así también se amplíen las oportunidades de exportación de este fruto”, anunció el director regional del SAG, Eduardo Jeria.
La utilización de confusores sexuales constituye un elemento fundamental de la estrategia 2020-2021 para el control de la Lobesia. Se trata de una técnica que satura el ambiente con feromonas sintéticas que atraen y confunden al macho, impidiendo el apareamiento, con lo que se evita la reproducción de este insecto.
El SAG instalará 276.250 emisores en zonas urbanas de 13 comunas de Ñuble, aumentando en 138% la superficie cubierta respecto de la temporada anterior.
Después de mucho tiempo, las comunas de Chillán, Chillán Viejo, Bulnes, Quillón, El Carmen, Yungay y Coelemu verán nuevamente a brigadas del SAG instalando estos dispositivos en patios y arbolado urbano con alta presión de plaga o cerca de áreas productivas.
En San Carlos, Coihueco y Pinto se ampliará la zona donde se colocarán los emisores de confusión sexual, que también serán instalados en San Nicolás, San Ignacio y Ñiquén.
Además de la intensificación del trabajo en las áreas urbanas, para la temporada 2020 -2021 el SAG aumentó en 60% la superficie de huertos y viñas donde se utilizará esta técnica en Ñuble, alcanzando a 1.539 hectáreas y 465 predios.
La Lobesia botrana ataca a huertos frutales como uvas y arándanos, haciendo disminuir sus rendimientos, pero también puede afectar negativamente la imagen de Chile como exportador.
El director regional llamó a la comunidad a colaborar con este proceso, permitiendo al personal del SAG ingresar a sus patios y evitar la manipulación de los confusores, así como también descartó su toxicidad o algún impacto en el medio ambiente, enfatizando que no provocan problemas a la salud de las personas, animales, abejas, enemigos naturales y/o insectos benéficos.