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Pese a que no supera los 60 kilómetros de extensión, el litoral de Ñuble tiene un gran potencial turístico, debido a que reúne diversos atractivos que son muy codiciados hoy por los visitantes nacionales y extranjeros: identidad cultural y naturaleza en buen estado de conservación.
Cobquecura, una localidad con una arquitectura típica de gran valor patrimonial, ha entendido que éste es uno de sus atributos y elemento diferenciador frente a otros balnearios de Chile central, razón por la cual, una de las preocupaciones de sus autoridades debería ser, precisamente, respetar y preservar el diseño original de sus casas, como también promover el cuidado de sus atractivos naturales, como La Lobería, y las extensas playas y paisajes que combinan la vida del campo con formaciones rocosas que se funden con las olas.
De igual forma, Buchupureo ha exhibido un rápido crecimiento de su oferta hotelera y gastronómica, apuntando a un grupo objetivo de altos ingresos. Parte del boom que se registra en Buchupureo se explica por la pavimentación de la ruta costera entre Cobquecura y Pullay, que se concluyó a comienzos de la década anterior; aunque tampoco se puede desmerecer el entorno natural privilegiado, la calidad de las olas para la práctica de deportes náuticos y el concepto de desarrollo sustentable que están poniendo en práctica algunos empresarios turísticos.
Hacia el Sur de Cobquecura, el mayor desarrollo inmobiliario turístico se ha observado en Taucú y Rinconada. De hecho, el crecimiento de esta zona se basa principalmente en el mercado de segunda vivienda más que en la instalación de cabañas y hoteles, y ello ha sido posible gracias a que la distancia con Cobquecura es menor, de no más de 6 kilómetros.
Sin embargo, aún existe una gran riqueza turística sin explotar en el litoral de Ñuble, entre Rinconada y Mela, con localidades rurales como Colmuyao y Montezorro, además de Mela, que aún conservan costumbres del siglo pasado, con una actividad agropecuaria de subsistencia, y con playas desconocidas que han despertado el interés de algunos afuerinos que han levantado en dichas zonas sus casas de descanso.
Basados en la experiencia de Buchupureo y de otras localidades de Chile, la pavimentación de la ruta costera, entre Cobquecura y Dichato, cobra la mayor relevancia, puesto que cuando se concrete, se convertirá en la mayor palanca de desarrollo para el litoral de la Región de Ñuble, generando una visibilización de lugares de gran valor natural, incentivando la construcción de viviendas de veraneo y favoreciendo el desarrollo local.
Durante este Gobierno se ha progresado en los estudios de ingeniería para la construcción de la ruta y de un puente de 2,2 kilómetros de extensión, que se ubicará a 2,5 kilómetros de la desembocadura del río Itata y unirá Coelemu con Trehuaco. Esta etapa concluyó a fines del año pasado y es un importante avance, pero aún queda un largo camino por recorrer. Un proceso que puede tardar años en concretarse, que depende en gran medida del Ministerio de Obras Públicas y de la billetera fiscal, pero también -a no olvidar- de la capacidad de alcaldes, parlamentarios y sobre todo de la gente de esta zona para estar atenta al desarrollo de las próximas fases y exigir su concreción.