Señor Director:
El feminismo ha luchado durante siglos por la emancipación de la mujer, logrando derribar estereotipos y barreras culturales que solían reducirla de forma exclusiva al cuidado y maternidad. Sin embargo, el hecho de que en el pasado este destino “biológico” era forzado sobre el sexo femenino no quita el que hoy pueda ser una elección válida para quiénes vean en este camino su realización personal.
¿Qué reflejo más fiel de la libertad de la mujer es que tenga la opción de elegir el trayecto de vida que se alinee con sus propios valores y preferencias? ¿Qué puede ser más simbólico de su triunfo el que haya una diversidad de trayectorias femeninas en todo ámbito, ya sea tradicional, contemporáneo o a la vanguardia?
Este retorno a lo tradicional no es una reducción de la mujer al mundo privado, porque ya no es una imposición. Todo lo opuesto, pues el feminismo genuino es libertad: es el no forzar un modelo de vida sobre las personas en base a su sexo; es respetar las elecciones personales de los individuos, en cuanto no transgredan a los demás; es mujeres dedicadas a la maternidad, al cuidado, al trabajo, al liderazgo, a todas las anteriores, o a ninguna de ellas. El feminismo es mujeres que pueden elegir.
María José del Solar Z.
Docente investigadora Faro UDD