Señor Director:
La reciente publicación de los resultados del Programa PISA, de la OCDE, debería llevarnos a analizar qué estamos aprendiendo en Chile de aquellas naciones con buenos rendimiento en educación.
Contrario a lo que pudiera pensarse, las experiencias exitosas no dependen sólo de las condiciones económicas, sino más bien del rol activo que han jugado los estados en la educación. Es decir, los mejores desempeños se encuentran en países en los que se plantea la educación como una visión de Estado, con políticas públicas que promueven acceso y desarrollo, específicamente entre escolares más vulnerables.
Por otro lado, ha quedado demostrado que la atracción de profesores más calificados y experimentados en contextos desfavorecidos permite el éxito educativo. No se trata sólo de mejores salarios, sino de su reconocimiento social y profesional como educadores. En estos países existen programas de movilidad y transferencia docente hacia escuelas con bajos rendimientos.
Otras recomendaciones como el seguimiento de trayectorias en escolares, la búsqueda de mejoras emocionales y bienestar estudiantil, comprensión de la interculturalidad y una mayor equidad, también deben ser consideradas para la mejora de aprendizajes. Si bien no necesariamente son recetas que deben seguirse al pie de la letra, pueden adaptarse al contexto de cada país. Aunque suene majadero, en educación no es necesario reinventar la pólvora.
Dr. Francisco Gallegos Celis