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No es ningún secreto que las exportaciones son claves para el crecimiento económico de Ñuble, tanto las forestales como de alimentos, y los números lo siguen confirmando. Entre enero y junio de 2024 acumularon un total de US$ 567,2 millones, lo que representa un incremento de 111,3% en comparación con los US$ 268,5 millones de igual periodo del año pasado, según informó la Oficina de Políticas Agrarias (Odepa), con datos de la Dirección de Aduanas.
La expansión se explica principalmente por la baja base de comparación que representa 2023, cuando las exportaciones disminuyeron 62,4%, un año marcado por los incendios forestales, las inundaciones y la crisis de la industria forestal, que el año pasado exhibió una fuerte caída de los envíos de celulosa y madera.
Este año, en cambio, se observa una recuperación de las exportaciones del sector forestal, así como también de algunos rubros agrícolas, como la fruta fresca, las frutas congeladas y las hortalizas congeladas.
Según el reporte de Odepa, los envíos forestales en la primera mitad de 2024 sumaron US$ 327,4 millones, anotando un crecimiento de 674,8% respecto a enero-junio de 2023; mientras que, las exportaciones agrícolas totalizaron US$ 239,3 millones, marcando un incremento interanual de 5,9%.
En el análisis por rubros, destaca el explosivo aumento de 3.051% que experimentaron los embarques de celulosa (US$ 239,8 millones), asociado a los pésimos números de 2023. Del mismo modo, las maderas elaboradas (US$53,3 millones) mostraron un alza de 448%, mientras que, las maderas aserradas (US$31,6 millones) crecieron 39,1% en comparación con el primer semestre del año pasado.
También se evidencia la firme recuperación de los envíos de fruta fresca (US$77,6 millones), como arándanos y cerezas, que crecieron 34,9%, los de frutas procesadas (US$ 75 millones), que se expandieron un 4,5% y las hortalizas procesadas (US$ 9,9 millones), que registraron un incremento de 20%, números que confirman una tendencia al alza en la demanda de productos alimenticios, que en algunos rubros supera la capacidad de producción local, lo que muestra claramente las posibilidades de crecimiento del sector en una región que tiene condiciones climáticas y de suelo ventajosas para consolidar su vocación agroexportadora.
Sin embargo, el aprovechamiento de este potencial está limitado por el déficit de infraestructura de riego, la alta concentración de los envíos en grandes empresas y por la aún escasa diversificación de la matriz exportadora que aún es dominada por productos de bajo valor agregado.
Además, las altas exigencias de calidad, fitosanitarias y de trazabilidad en los mercados imponen desafíos cada vez mayores, donde la rapidez para adaptarse no ha sido la óptima, lo que se observa, por ejemplo, en el combate de plagas o en la introducción de nueva genética en frutales.
Por su parte, las Pymes, que podrían ser un actor relevante en segmentos como los agroprocesados, los orgánicos, y gourmet, se enfrentan a problemas como el acceso a financiamiento y limitaciones para establecer canales directos de comercialización con el exterior, temas donde se requiere una mayor cultura asociativa.
Mientras ello no ocurra, será muy difícil sumar más actores al desafío de exportar y avanzar en la internacionalización de nuestra economía.