Señor Director:
En los últimos meses hemos sido testigos de la renovación de autoridades en varias colectividades políticas, en la mayoría de estos procesos la participación de los afiliados no llegó a un 10% del total de la militancia que consta en el Servicio Electoral (Servel).
En el Partido Demócrata Cristiano se ha suscitado una enconada división, con renuncia masiva de militantes e intentos de formación de otras entidades en base a los ex DC.
Estas circunstancias nos hacen pensar que, dada la importancia de estas organizaciones en el buen funcionamiento de nuestra democracia representativa y recibiendo ellas financiamiento estatal, se hace indispensable que el Servel cautele su real legalidad, constatando que mantienen, a lo menos, el 50% de los afiliados que las inscribieron. Caso contrario, el Servel debería disponer la cancelación de su inscripción y disolución.
Jaime Antonio Etchepare Jensen